Tributar la imagen de un sueño enmudecido en la penumbra del espejo Reflejarse en un fractal de para sí en un torbellino de imágenes del infinito Escribir en la habitación de tus silencios espejeantes y sonoros En la superposición de tus encuentros de un abismo imaginario Ser un errante en un suelo desconocido en tus instantes fugaces La instantaneidad de tu imagen te implora a gritos desconsolados Tu voluntad está rendida a la vorágine de tus promesas incumplidas Silente como el viento de un recuerdo lejano que se desvanece Aliéntate a vivir sin preocupaciones una razón inrazonable Aléjate de los espejismos de tu insondable destino Retuerce las imágenes opacas de un laberinto sin salida Que tu ego se arremeta a las inconclusiones de tu vital protesta.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.