Cada día más próximo a mis 22 años, leo, escucho, recuerdo y re-vivencio, lloro la pérdida de los días idos, los escritos y letras perdidas en el camino, aquéllas que aún quedan y las miles que están por venir, me alegra la vida saber que mi corazón late con mayor ahínco cada día y que cada gota de mi sangre no es en vano, que cada respiro deja una huella existencial, el camino sigue, yo sigo vivi endo y escribo para no olvidar, para comunicar, para dejar testimonio de esta esencia viviente, de un alma errante que atestigua lo que observa a su paso, de este ser que cada día que pasa intenta ser más humano, si es que podemos dignarnos a llamarnos tales, ésa es una condición que se gana, paradojalmente, teniendo una cuota de humanidad. Sólo dejo testimonio, sólo hago lo que puedo, esto soy yo, un enamorado de su oficio, de las letras y los artificios. Cada día, cada amanecer es para volver a empezar...
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.