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Mostrando entradas de julio, 2011

Bohemia santiaguina.

Anochece sobre el mar de las ciudades Avanzan caudalosamente los ríos de gente Es el inicio de la bohemia santiaguina Se abren las puertas de los pubs de par en par Y observando en atento mirar aquel transitar Danzo en ese vals de amores anhelantes De cuerpos tránsfugos que buscan placeres rápidos Que viven de son a son y de doce a dos Horas efímeras que vuelan y desaparecen Se plasman en mis ojos extasiados Ansiando el contacto, el leve tacto De tu cuerpo, nuestros cuerpos En un ir y venir, en los tres cuartos de un compás Bailando sin cesar, hasta el final Concertando una y otra vez nuestro amor Bajo la esfera de cristal, radiante luna que nos cubre Centellando en violeta, azul y rojo, delineando nuestros rostros Y así extenuados, caemos en los brazos de Morfeo Un beso culmine es el aderezo de nuestro deseo.

Veinte años que no pasan en vano.

Hoy se cumplen veinte años de mi existencia en la tierra, quizás para muchos es un hecho desapercibido, lo cual no me sorprende, pues cuántos somos los seres que habitamos en este lugar del universo, realmente no lo podría saber con exactitud, de hecho en este mismo instante cuántos nacen o cuántos mueren, es una cantidad imprecisa, pero así es la vida y, por ello, salvo a mis seres queridos, a los cuales amo en demasía, creo que nadie lo sabrá, pero sinceramente soy muy feliz al saber que a lo largo de este breve transitar terrenal, he conocido a personas tan maravillosas, que sin lugar a dudas me han marcado, ante las que sé que no me alcanzará el tiempo para agradecérselo, sin embargo, haré lo posible para que cada minuto que me quede de ella, pueda transmitir e irradiar, bellos sentimientos y felicidad. Por otra parte, tampoco soy nadie para definir qué es la vida, pero he ido aprendiendo con el tiempo, en ciertas circunstancias he resultado muy idealista, a veces espero much

Hasta el fin de los tiempos.

Aquí me tienes, tomando un café que me sabe a fría hiel En la amargura de tu recuerdo y en la soledad de tu piel Pienso en lo que hemos vivido juntos, tantas tormentas E inviernos tortuosos, veranos que languidecían Y primaveras que nunca reverdecían Te amé, pero no sé si aún te amo El tiempo ha pasado y ahora está a nuestro favor Añoro tus besos y caricias, que se desvanecen en el aire Quiero sentir tu cuerpo otra vez junto al mío Valseando cadenciosamente en esa fría calidez Te siento más cerca, pero a la vez distante Estás como ausente, olvidándote de lo vivido Sin embargo, no soy igual que tú, no olvido fácilmente Vivo y pienso en ti, pero arriesgo más de lo que recibo Si te vas, como el viento seguiré tus pasos Si te quedas, enfrentaremos mareas y erupciones Pero te prometo que sin importar lo que elijas Jamás te abandonaré, mi promesa no palidece, sigue en pie Si tú cruzas el puente, yo lo cruzo Si te lanzas, yo me lanzo Si te mueres, yo me muero hasta el fin de los tiempos.

Ensayo crítico sobre dilemas existenciales. I parte: De rerum natura (Tito Lucrecio Caro.)

Primero que todo, el presente documento pretende sólo ser un esbozo con dejes de ensayo sobre diversos temas que se encuentran imbricados, los que siguiendo un planteamiento lógico y coherente procuran dar una visión personal y lo más objetiva posible en base a formulaciones sobre el alma, la vida, la existencia u, opuestamente, la no existencia de Dios, cuyos planteamientos son recurrentes y en más de una ocasión seguramente en sus vidas los han tenido. Pues bien, la idea central es poseer una aproximación bibliográfica sobre ciertos autores y a partir de ello, ir cuestionando los argumentos o confirmándolos, según sea el caso. El primer autor a considerar es Lucrecio, cuya obra lleva por denominación De rerum natura, es decir, en tanto frase preposicional latina, significa; “sobre la naturaleza de las cosas”, lo que nos lleva consiguientemente a pensar debido al término “natural”, si se quiere, en un carácter biológico-evolutivo en torno a los seres que habitan y pueblan la tierr

Un viejo amigo comunista.

Puntual como de costumbre, aquel viejo amigo solía llegar a la casa, siempre con una anécdota nueva y alguna novedad que contar, pero lo que más nos intrigaba a aquellos que vivíamos en aquella casa, eran sus historias de antaño, que fluían como candelas apasionadas y que en vez de extinguirse con el paso y peso de los años, se enardecían cada vez más. Un día llegaba narrando sus proezas y hazañas amorosas en su mocedad, a ratos nos hablaba sobre sus viajes a París, Venezuela y tantos otros lugares, cuyos relatos nos conmovían en demasía, pues nos imaginábamos habitando aquellos parajes a ratos inhóspitos, a otros multitudinarios, pero que nos hacían revivir en nuestras mentes la ilusión de poder visitarlos algún día, cuya esperanza nos invitaba a soñar despiertos, esforzarnos por lograr aquello que anhelábamos, que a veces se veía tan lejano, pero que al unísono se nos aproximaba a pasos agigantados y que tal vez más pronto que tarde, alcanzaríamos.             Hablábamos la may