Momentos, sólo recuerdos efímeros a nuestro haber Silencios, apreciados circunloquios oscuros Cargados de notas execrables de tintineos estúpidos Y llantos de desesperación que se convierten en tragicómicos pedruscos Y sones de lluvia alicaída que se destruye en la fútil tierra Para animar tu inmaculada y purísima tarde de hojarasca yerma. Hastíate de tu tedio continuo y desarmonizado Que vela por los lirios acorazados de mil destrozos a tu paso Siéntete con el poder de una ufanación sin sentido En la búsqueda de un camino derruido Y desamparado ante tu tacto frío Que como hiedra corrompe mis sentidos. Olvídate de tus palabras vanas que perecen en el postrero silencio Desvanécete en tus libros añejos y excéntrico destiempo Sé tú mismo y libérate de tus cadenas Y no transmitas lo desdichadas que son tus promesas. Promesas que van y promesas que vienen Prometiste cambiar el mundo y no lo conseguiste Quisiste regalarme un beso altruista que por caridad lo rechacé Pudiste haberme te
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.