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Mostrando entradas de enero 18, 2018

Domingo día del señor. (19 enero 2014). Recuperado.

Domingo día del señor, así partió la itinerante tarde junto al filósofo de la inquietud en movimiento, cuestionándonos un tanto la angustia existencial  de dos seres que por esas casualidades intrínsecas de la vida, se topan en un momento oportuno a recorrer las distintas calles de una ciudad tantas veces recorridas, con nuevos rumbos y a veces hasta donde los lleve el viento, proyectándose hacia un futuro, pero movidos por el presente, en el aquí y en el ahora, en las meditaciones furibundas, en los refugios de la mirada y del pensamiento, en un diálogo constante de autores y temas a seguir, de itinerantes contextos, relatos y biografías de escritores, filósofos, lingüistas, un recorrido mental e itinerario histórico por una fechación y exactitud en la búsqueda temporal, que es caer en el relativismo de la memoria, en los recuerdos truncados y en las posibilidades inconclusas de aquello que pudo haber sido, pero que se truncó en el camino de una decisión que dio paso a otra nueva se

El acto de recrear realidades. (17 enero 2014). Recuperado.

El acto de recrear la realidad, pues ésta no es estática, está en continúo movimiento, a veces nos parece que estamos sujetos a nuestros propios designios y pensamientos, pero en cada lugar al que accedemos, en cada nuevo rostro que atisbamos, en cada palabra que empleamos, la rehacemos, volvemos a vivir, mil y un instantes, así como el espacio lo hacemos nosotros, la realidad también es moldeada, a veces por lo que decimos, otras por lo que vemos, incluso por lo que percibimos, personas, objetos, situaciones, momentos, paredes, paisajes, imágenes, cuadros, en fin, la realidad es múltiple y lo transitorio es el peregrinar de historias, de cuerpos transhumantes que buscan nuevos lugares por recorrer, auroras que contemplar, libros por leer.

El ir y venir de la memoria. (18 enero 2014). Recuperado.

La memoria, cada día se rehace, es una superposición de recuerdos, de momentos y como todo es un fluir constante y nada es estático, ese ir y venir, se traduce en experiencias recordadas, vividas, escritas, de lo que hacemos y no alcanzamos a hacer, de lo que otros comparten con nosotros, de arrepentimientos, de silencios, de energías, de dar, ceder y quitar, de actos voluntarios e involuntarios, de mentiras y verdades, de sensaciones no resueltas, de lo que creímos haber hecho y de lo que no recordamos con exactitud o aquello que conservamos hasta el más mínimo detalle en nuestra memoria. Dado que se ha convertido en nuestro mayor tesoro,  es lo que decidimos tener como propio, que pese al tiempo y cómo éste altera todo, ahí está, como si lo hubiésemos vivido ayer o hace algunas horas. Entre más tiempo vamos viviendo, los recuerdos, lo visto, lo dicho y lo vivido, se confunden con mayor ahínco, se entremezclan personas, rostros, adioses, palabras y sentimientos, una sinfonía qu