Así resurge de los arrebatos del amor el ojo, este gran contemplador de toda realidad que en el momento de despertar se posa sobre el que, momentos antes, cabalgaba hacia la muerte. Sinceridad Aparente, Emil Ludwig. Tus ojos son una virtud surrealista. Virtud surrealista Que ves lo que quieres ver Aparentas confianza en lo que observas Pero Vilmente engañas a quien a través de ti contempla Te abres al mundo como llave dorada Resplandeces en un verde esmeralda Y Permaneces absorto en un rojo carmesí Que olvida recuerdos y recuerda con el corazón Atraviesas penetrando abismos y montañas Con Risas fugaces de una pupila palpitante OH! Dime la verdad, infame portador de falsedades Te increpo por tu inconstancia Sin embargo Sólo contigo percibí matices naturales Arpegios sonoros que me sabían a honestos colores Que abatieron este mundo con un solitario sólo de soledad En la fugaz laguna temporal Con Dulc
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.