Me encuentro en una ceremonia, en medio de una multitud de personas, algunos que ubico de rostro al pasar frente a mí, otros que reconozco en la mirada y otros muchos que jamás había visto en mi vida. Pertenecíamos a la misma institución, pues teníamos el mismo modo de vestir y sentía que ellos también me reconocían. Sin embargo, aún no sé qué hago aquí y cual es mi rol en este espectáculo. Frente a mis ojos, un ataúd y muchas flores de los más variados tipos y en las voces de los pasillos resuena el nombre de un conocido amigo y como si aquello hubiese activado algo en mi memoria, empiezan a aparecer en destellos profundos imágenes con aquel amigo, historias de antaño de cuando compartíamos, en efecto, me encontraba en su velatorio, mi amigo Luis ya no estaba entre nosotros, por ello las lágrimas y esas hermosas rosas y yo de pie de brazos cruzados contemplando la escena. –Esto no podía hacer, por qué mi amigo que hace pocas horas había compartido conmigo, ahora se encontraba sin vi
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.