Amo la gimes virginal de tus labios malditos La poética de tu cuerpo desnudo en la noche sombría Degusto cada una de tus palabras, me embriago en ellas Esos te quiero apasionados que te arranco de cuando en vez Esas piernas amarfiladas que amordazan mis oídos Me cautivan tus besos de alondra y viuda negra Eres la mujer que fataliza mis horas, las desangra Como el primer día, así nos deshojamos hasta morir En un encuentro agónico de dos cuerpos erotizados En una fría noche de mayo de un otoño febril.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.