Tu piel se extiende deseosa en afanoso ir y venir de nuestros cuerpos. Tu pecho de macho febril descarga su ímpetu en los placeres de la carne. En éxtasis tu boca voraz se duerme en mi regazo, humedeciendo mis sentidos. Tu rumiante lengua penetra los poros más ocultos de mi alma. Tus dedos recorren territorios inexplorados, retozando con caricias mi barbilla. Tu respiración, se agita en deseo. Degustas suavemente mis labios con besos de pasión. Las horas transcurren y tus brazos me aprisionan deseando que aún no sea tiempo de partir. Tu historia se hace una con mi historia, somos un solo cuerpo hecho memoria. Instantes perpetuos en la fragilidad de la vida, amantes inconclusos con sabor a lujuria. Copiapó, 13 octubre 2020.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.