Scientio ergo sum. Palabras, tan sólo pensamientos Recorrer, ensimismarse, dejarse ser Ser en una ciudad sin límite Ser en una ciudad sin fronteras Permanecer en búsqueda, estar vivo Sentir, enamorarse, acariciarse Almas que se unen en un suspiro Almas que en un minuto se deshacen Almas que se conectan sin verse Almas que se presienten y se sienten Encarnación, puesta en abismo Suspiro, suspiros sin-sentido Pienso, tan sólo pienso Siento, luego existo, Existo, luego siento Scientio ergo sum, Sum ergo scientio Me olvido del mundo, me ensimismo, pienso en ti Pienso en ti, me ensimismo, me olvido del mundo Te acuerdas de mí, nos ensimismamos, nos olvidamos del mundo… Me olvido de ti, me exteriorizo, me pierdo en el mundo Cogito ergo sum. “Pienso, luego existo” es la célebre frase de Descartes en pleno siglo XVII, no obstante, yo en tanto suje
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.