Sueños de un romántico en tierras lejanas De un atrapador de sueños cautivo, de la fragilidad de los sentidos Ser poeta, es signo y símbolo de la decadencia Atrás quedó el tiempo de cantarle a la noche El día se vuelve caos y la noche abismo Mi solitaria estrella brilla en lontananza Desea, me desea, la deseo La beso a la distancia, la deshojo en cada una de sus puntas Respiro en su pecho roto, en el rojo de sus venas Ámame le digo, no me olvides Nací en tiempos de un astro taciturno Con la pluma en mano y de pensar como ninguno Estrella que aguardas mi llegada, sé que me extrañabas Tú y yo somos extraños en este mundo Andamos descalzos en las nubes Y nos embebemos en gotas de deseo Como silenciosos amantes nocturnos.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.