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Mostrando entradas de febrero, 2016

Informe de lectura: “La dramaturgia del espacio y el Teatro de Fin de Siglo de Ramón Griffero”

Universidad del Bío-Bío Facultad de Educación y Humanidades Chillán 2016 Asignatura: Comentario del texto literario II. Estudiante: José Patricio Chamorro. Informe de lectura: “La dramaturgia del espacio y el Teatro de Fin de Siglo de Ramón Griffero” Para dar los primeros pasos y escarceos hacia la importancia de la poética teatral que desarrolló Ramón Griffero, es preciso considerarlo desde más de una perspectiva, pues su forma de entender el teatro es un todo orgánico. Desde sus inicios, fue visto como un teatro de resistencia, que él en sus propios términos, catalogó como “Dramaturgia del espacio”. La finalidad teórica de esta propuesta es crear autorías escénicas, a través de la poética del texto (escritura) y de las poéticas del espacio. De este modo ya no se reproducirían como antaño, los modelos precedentes, sino que se posibilitaría la construcción de nuevos paradigmas escénicos. Lo anterior buscaba sintetizarse en la elaboración de un

Objeto del deseo. 26/2/2016

Irremediablemente te amo, tu cuerpo pasa fugaz en mi presencia Deseo tocar y amar los instantes de nuestro tiempo Cuando te desvelas en la noche y te acurrucas de madrugada Te sabes un oasis en el desierto, el deseo prófugo de mi amor Sabes que lo nuestro es amor prohibido, ansias de deseo Tu silueta se refleja en los espejos, los contornos que me enloquecen Tus ronroneos nocturnos y salvajes cuando decides hacerme compañía Despertar juntos al amanecer es el romance intenso de tus caricias Como tus labios que me saben melosos a dulce miel Apasionados a momentos, fríos cuando estás lejos No verte, es el karma de mis pecados, el silencio absoluto Escuchar tu voz es el regalo que me da la vida por amarte como nadie Pero tus palabras, lo que callas y lo que insinúas es mi mayor tortura El tormento de mis días en soledad y la respuesta a quién desea amar ¿Acaso me amas? Es mi pregunta constante, cuando me haces compañía ¿Acaso me olvidas? Es mi interrogante

"La maldición de los poetas". Creado en el taller Instinto Literario, 2015.

La eufórica pena de mi corazón apasionado llora en amarguras Siento y presiento, silencios y tardes crepusculares de rojo escarlata El cielo se envenena de una embriaguez de dicha y gozo El clima se enrarece como la bipolaridad de los días Las horas escarcean amores a fuego abrasador que erupciona mis latidos El pecho sobrelleva un ritmo cardíaco de colores que no dan tregua Me sobresalto en el rincón de mi cordura y el último suspiro La muerte es un cómico de una corte bufonesca La vida el actor principal del anfiteatro de mi poesía Tempestad atronadora e ímpetus de una primavera floreciente Enervada en letras multiformes que desbordan vocalizaciones Horadando un inventario apocalíptico del juicio final ¡Tú que naciste para amar, morirás sin pasión! Poeta de tierras lejanas condenado por tus impropias palabras Agonizarás en el patíbulo donde la razón es tortura inminente La visión del más allá es la puerta sin destino ¡Oh poetas, maldigan a las musas

Cuerpos resentidos. (Poesía de madrugada, febrero 2016), José Chamorro

Es escribir sin prejuicios del mañana, ni de las palabras dichas Es soltar la mano y arremeter la escritura Darse de cara al pasado, sostener los pensamientos Es ser libre a través de sueños y palabras, ésas que ya no están Buscar nuevas y reinventar las viejas ilusiones Sentirse artista y humanizar el arte, Escribir sin fin, por un mañana transitorio en la memoria ¿Ser recordado? Una ilusión baladí, trivial como un orgasmo La medianoche es el lugar perfecto para ti y para mí Es el momento climático de nuestros cuerpos Que en entresijos amatorios dicen más que un verso Amar de madruga es resentir el noctámbulo fin de nuestros cuerpos Desear la muerte como se desea un beso tuyo Amar es renacer al siguiente día Como quién se sacrifica por la humanidad perdida

"Sin el foco de la cámara", Re-lectura a una reflexión que escribí hace 2 años.

Sin el foco de la cámara, como una experiencia única comenzó este día, en ese afán de registrar cada instante de mi vida, aquello en lo que mis ojos se centran, ya sea en un paisaje, en el ulular del viento en los árboles y sus ramajes verde oscuros, en los transeúntes, en los colores del día, en las puestas de sol, es por lo que siempre porto mi cámara amiga, aquella compañera de tantos e itinerantes viajes, las que sustit uyo por temporadas, según sea mi última y más reciente adquisición, cuya precisión óptica intento que sea la más ideal.  Sin embargo, hoy recorrí las calles de mi ciudad, aquella por la que he avanzado y caminado tantos atardeceres y he asimilado tantas historias, días de lluvia cuyas peripecias tuve con mis amigos de ese tiempo, día de frío invierno e insoportable calor, conservo cada risa, cada palabra y cada secreto como el mayor de los misterios, los lugares que he visitado, los sitios que he recorrido y a quiénes he saludado. Quién sabe las vueltas que da

El caballero de la rama del árbol o el libro aún no escrito del joven Miguel.

Don Quijote, diestra espada en mano mirando fijo al horizonte buscaba a su Dulcinea, a paso firme y raudo sobre su corcel. Tras él, Sancho sobre su propio rumiante batallaba con lobos en el bosque, siguiendo a su hidalgo caballero andante paso a paso. –las ramas se mecían silenciosas de un lado a otro y la sombra del sol, refl ejaba una triste figura, un maltrecho rocín y una silueta de obesa forma, seguida de ramas que acechaban sobre las demás.-  Dulcinea llegó frente a su noble caballero, después de tanto buscar, a ratos se abrazaban, a ratos se separaban y Sancho volvía una y otra vez contra montaraces lobos de un bosque. –Las ramas oscilaban una y otra vez por el raudo viento.- De pronto el árbol se convirtió en molino y Miguel despertó, su mente divagaba sobre el libro que tenía en sus manos. Era un libro de caballería, al igual que los muchos que tenía de estirpe española sobre sus piernas y a sus costados. Se había consumido toda la tarde leyendo y aún somnoliento, sal