sábado, 27 de febrero de 2016

Informe de lectura: “La dramaturgia del espacio y el Teatro de Fin de Siglo de Ramón Griffero”

Universidad del Bío-Bío
Facultad de Educación y Humanidades
Chillán 2016

Asignatura: Comentario del texto literario II.

Estudiante: José Patricio Chamorro.

Informe de lectura: “La dramaturgia del espacio y el Teatro de Fin de Siglo de Ramón Griffero”



Para dar los primeros pasos y escarceos hacia la importancia de la poética teatral que desarrolló Ramón Griffero, es preciso considerarlo desde más de una perspectiva, pues su forma de entender el teatro es un todo orgánico. Desde sus inicios, fue visto como un teatro de resistencia, que él en sus propios términos, catalogó como “Dramaturgia del espacio”. La finalidad teórica de esta propuesta es crear autorías escénicas, a través de la poética del texto (escritura) y de las poéticas del espacio. De este modo ya no se reproducirían como antaño, los modelos precedentes, sino que se posibilitaría la construcción de nuevos paradigmas escénicos. Lo anterior buscaba sintetizarse en la elaboración de un manifiesto para un teatro autónomo en 1985. Pues la época contemporánea, exigía indagar en nuevas formas de representación escénicas, para lo cual se requería instaurar y redefinir corrientes teatrales y topologías de actuación en relación a las poéticas del espacio y del texto.
            ¿Cuáles son estas nuevas exigencias contemporáneas? El cine y el arte digital, abrieron nuevas dimensiones a la creación, ya que rompieron con estructuras antes fijas e inamovibles, con formas actuales, tales como: “(escritura-instalaciones escénicas descontextualizaciones del cuerpo actoral, etc.)”.[1] “Son las poéticas de espacio en relación con las poéticas de texto, que construyen autorías escénicas. En breve la dramaturgia del espacio es una percepción que ha permitido a creadores de nuestra escena desligarse de una conceptualización, o guía de percepción dramática que tan sólo lo transformaba en reproductores de ideas escénicas, y ser creadores de sus propias construcciones”[2].

            Para comprender mejor la propuesta grifferiana, se debe aludir al contexto de época, es decir, al teatro de fin de siglo, que tuvo sus representaciones teatrales entre 1980-2000. Los contextos de desarrollo de esta propuesta teatral se fueron gestando durante la época del exilio 1973-1982, dictadura 1983-1989, transición democrática 1990-1994 y globalización 1994-2001. Es decir, cada época estará delineada por el carácter político ideológico de la época, reafirmando y reconfigurando un teatro de resistencia y crítica social, que pretende y busca la consciencia social. Este tipo de teatro solía funcionar como teatro clandestino, pues no se adscribía al régimen, ni era partidario de éste, lo que hacía resurgir y dotándolo de un carácter polémico, una revolución cultural y social.

            Sin duda alguna, se convirtió en un teatro autónomo y autofinanciado por las propias compañías de teatro, que pese a todo, quisieron seguir desarrollando su propia estética y arte escénica, innovando y provocando al público, a través de obras relacionadas con el acontecer social del momento. La ironía, el humor negro, serán elementos fundamentales dentro del marco de sus creaciones y recepción del público. “Pinochet boys, Los prisioneros, índice de desempleo o Fiscal ad hoc (nombre de los jueces militares) denotaban otro discurso que surgía. El Trolley se convirtió así en el espacio donde diversos creadores aislados y atomizados por la dictadura podían dar a conocer lo que manifestaban: lanzamiento de revistas, de poesía, literatura y cómic, proyección de cortometrajes, teatro danza, etc. El motor de este espacio era el teatro Fin de Siglo con sus montajes.”[3]

            En los años que siguieron al régimen miliar, 1983-1988, se fue produciendo una forma de hacer teatro que no era unívoca, sino que contemplaba referentes del kittsh latinoamericano, parodias, comedia musical y ballet.



[1] La dramaturgia del espacio y el Teatro de Fin de Siglo.Ramón Griffero. Pp. 79.
[2] Ídem. Pp. 80.
[3] Ídem. PP. 81.

Objeto del deseo. 26/2/2016


Irremediablemente te amo, tu cuerpo pasa fugaz en mi presencia

Deseo tocar y amar los instantes de nuestro tiempo

Cuando te desvelas en la noche y te acurrucas de madrugada

Te sabes un oasis en el desierto, el deseo prófugo de mi amor

Sabes que lo nuestro es amor prohibido, ansias de deseo

Tu silueta se refleja en los espejos, los contornos que me enloquecen

Tus ronroneos nocturnos y salvajes cuando decides hacerme compañía

Despertar juntos al amanecer es el romance intenso de tus caricias

Como tus labios que me saben melosos a dulce miel

Apasionados a momentos, fríos cuando estás lejos

No verte, es el karma de mis pecados, el silencio absoluto

Escuchar tu voz es el regalo que me da la vida por amarte como nadie

Pero tus palabras, lo que callas y lo que insinúas es mi mayor tortura

El tormento de mis días en soledad y la respuesta a quién desea amar

¿Acaso me amas? Es mi pregunta constante, cuando me haces compañía

¿Acaso me olvidas? Es mi interrogante a las noches frías a la intemperie de tus caricias

¿Acaso me deseas? Es la insensatez de mi cuerpo al clamar la llama que dejas encendida.


Autor: José Chamorro

viernes, 19 de febrero de 2016

"La maldición de los poetas". Creado en el taller Instinto Literario, 2015.


La eufórica pena de mi corazón apasionado llora en amarguras

Siento y presiento, silencios y tardes crepusculares de rojo escarlata

El cielo se envenena de una embriaguez de dicha y gozo

El clima se enrarece como la bipolaridad de los días

Las horas escarcean amores a fuego abrasador que erupciona mis latidos

El pecho sobrelleva un ritmo cardíaco de colores que no dan tregua

Me sobresalto en el rincón de mi cordura y el último suspiro

La muerte es un cómico de una corte bufonesca

La vida el actor principal del anfiteatro de mi poesía

Tempestad atronadora e ímpetus de una primavera floreciente

Enervada en letras multiformes que desbordan vocalizaciones

Horadando un inventario apocalíptico del juicio final

¡Tú que naciste para amar, morirás sin pasión!

Poeta de tierras lejanas condenado por tus impropias palabras

Agonizarás en el patíbulo donde la razón es tortura inminente

La visión del más allá es la puerta sin destino

¡Oh poetas, maldigan a las musas y arracen sus versos!

ígneos trozo a trozo caerán en picada por gravitación universal

Volverán a la tierra, donde nunca debieron salir

Entre gusanos, marchitas rosas y secas hojas.

martes, 9 de febrero de 2016

Cuerpos resentidos. (Poesía de madrugada, febrero 2016), José Chamorro


Es escribir sin prejuicios del mañana, ni de las palabras dichas

Es soltar la mano y arremeter la escritura

Darse de cara al pasado, sostener los pensamientos

Es ser libre a través de sueños y palabras, ésas que ya no están

Buscar nuevas y reinventar las viejas ilusiones

Sentirse artista y humanizar el arte,

Escribir sin fin, por un mañana transitorio en la memoria

¿Ser recordado? Una ilusión baladí, trivial como un orgasmo

La medianoche es el lugar perfecto para ti y para mí

Es el momento climático de nuestros cuerpos

Que en entresijos amatorios dicen más que un verso

Amar de madruga es resentir el noctámbulo fin de nuestros cuerpos

Desear la muerte como se desea un beso tuyo

Amar es renacer al siguiente día


Como quién se sacrifica por la humanidad perdida

lunes, 1 de febrero de 2016

"Sin el foco de la cámara", Re-lectura a una reflexión que escribí hace 2 años.


Sin el foco de la cámara, como una experiencia única comenzó este día, en ese afán de registrar cada instante de mi vida, aquello en lo que mis ojos se centran, ya sea en un paisaje, en el ulular del viento en los árboles y sus ramajes verde oscuros, en los transeúntes, en los colores del día, en las puestas de sol, es por lo que siempre porto mi cámara amiga, aquella compañera de tantos e itinerantes viajes, las que sustituyo por temporadas, según sea mi última y más reciente adquisición, cuya precisión óptica intento que sea la más ideal. 

Sin embargo, hoy recorrí las calles de mi ciudad, aquella por la que he avanzado y caminado tantos atardeceres y he asimilado tantas historias, días de lluvia cuyas peripecias tuve con mis amigos de ese tiempo, día de frío invierno e insoportable calor, conservo cada risa, cada palabra y cada secreto como el mayor de los misterios, los lugares que he visitado, los sitios que he recorrido y a quiénes he saludado. Quién sabe las vueltas que da la vida, por ello siempre muestro mi más sinceras palabras y saludos a quién se cruce en mi camino.

Inicié mi caminar sin cámara en mano, pero pude apreciar con mayor atención aquello en que no me había enfocado, comprendí otras perspectivas de aquellas calles, de los edificios y parques aledaños, inclusive el día me pareció distinto, ya no estaba contemplando como acostumbro, sino que más bien ahí estaba, fluyendo con la vida, siendo partícipe del movimiento y energía vital, de ese no parar para completar ciclos y seguir ad infinitum hasta renovar energías, para comenzar otro nuevo día y otra nueva vida.

 Si bien, en el último tiempo he perseguido el ideal de no vivir en el pasado y disfrutar del presente, siempre se me vaticinan los recuerdos, se me superponen las imágenes de quiénes han compartido conmigo en el pasado y de quiénes están conmigo en el presente, jamás he creído en el azar, más aun para quiénes escribimos, sabemos que las conjunciones de las letras no son azarosas, todo posee una razón de ser que siempre me deslumbra, una escritura primordial, única e irrepetible, al fin de cuentas el sello personal de quién da cuenta de su propia experiencia de vida. Así como conservo las imágenes de los días idos y de mis pasos, facetas y el ser consciente de mi existencia, escribo por una razón, quizás la que dio el fundamento desde los orígenes de los tiempos a la escrituras, trascender, dejar memoria de sí y de aquel tiempo en que nos tocó vivir.

Como anécdota de vida y que tendré en cuenta para futuras salidas, de vez en cuando es bueno dejar la cámara de lado y disfrutar del día en su esencia, tal cual se nos presenta, no a través de un prisma que tergiverse la imagen, sino que deleitarnos en su estado natural, así como el mundo ha sido creado, con la experiencia protagónica de nuestra retina.

Chillán, 1/2/2014.

El caballero de la rama del árbol o el libro aún no escrito del joven Miguel.


Don Quijote, diestra espada en mano mirando fijo al horizonte buscaba a su Dulcinea, a paso firme y raudo sobre su corcel. Tras él, Sancho sobre su propio rumiante batallaba con lobos en el bosque, siguiendo a su hidalgo caballero andante paso a paso. –las ramas se mecían silenciosas de un lado a otro y la sombra del sol, reflejaba una triste figura, un maltrecho rocín y una silueta de obesa forma, seguida de ramas que acechaban sobre las demás.-

 Dulcinea llegó frente a su noble caballero, después de tanto buscar, a ratos se abrazaban, a ratos se separaban y Sancho volvía una y otra vez contra montaraces lobos de un bosque. –Las ramas oscilaban una y otra vez por el raudo viento.- De pronto el árbol se convirtió en molino y Miguel despertó, su mente divagaba sobre el libro que tenía en sus manos. Era un libro de caballería, al igual que los muchos que tenía de estirpe española sobre sus piernas y a sus costados. Se había consumido toda la tarde leyendo y aún somnoliento, salía de su última siesta.

 Abrió los ojos, miró fijamente el árbol que estaba sobre él y gritó, ¡Qué ingenioso hidalgo soy! Confundido estoy por esa mancha sobre el árbol que sobre mi cabeza me cubre del sol –aludiendo a la sombra oscura que le propinaba el árbol- de cuyo nombre prefiero no acordarme, ¡cuánto calor hay en esta cervantina ciudad! –Exclamó.- Mis desvaríos febriles, me han hecho encontrar al caballero de cuyo libro aún no se ha escrito.


Autor: José Chamorro, enero 2016.
Mi primer escrito del 2016, mi propia versión de cómo nació El Quijote.

Mi arte poética

Arte poética (José Chamorro)

Escribo desde el alma que aniquila la razón y no de sin razones del corazón deseadas. Escribo porque nací poeta en una generación ...