El filósofo de la inquietud en movimiento, quizás la palabra precisa para comenzar a relatar la anécdota de un pesonaje que vive en continúo peregrinar, de cada persona que atraviesa nuestra vida se aprende y asimos una nueva experiencia, pues si bien somos capaces de aprehender la interioridad de otro a través del lenguaje, a veces la deriva misma a la que nos llevan nuestras decisiones y libre albedrío, cada decisión juega un papel relevante en nuestro próximo paso a seguir, en el conocer a alguien durante unas horas y comprender que es capaz de introvertirse en nuestro mundo y que la percepción de cada uno, si bien puede ser unívoca, siempre habrá alguien con quien compartirla, independiente en el lugar que nos encontremos, ya que el espacio lo hacen las personas. La vida, el flujo vital está en una ola de vaivenes, en la singularidad de nuestra percepción, a veces aquella persona llega y aparece de pronto en nuestro campo perceptual dado la sintonía que emitimos al universo, a
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.