Como un anochecer primaveral llegaste a mi vida; Rejuveneciste mis latidos y sus cadencias sonoras. Alegraste mi alma como un clavel en flor, enardeciendo pasiones. Ocultos bajo la luz de la luna besamos nuestras memorias. Fuimos silencio, almas compenetradas en instantes. Recuerdos resuenan evocados en nuestros labios profusos, entregados al deseo. Despertaron nuestros instintos en cuerpos amantes, taciturnos, voraces. Almas errantes encontradas en caminos de profana ilusión, Paseantes enamorados del amor como sueño de medianoche. Aprendices del tacto de la piel y los ecos de nuestras voces Irreversibles, pacientes duermen nuestras ansiedades primigenias. Somos los versos impetuosos de un poeta navegando en un mar en calma. Pd: Dedicado a Juan Felipe. Copiapó, 1 de septiembre 2022.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.