Hace veinticinco años comencé un viaje por esta vida, dependiendo de cómo se mire, es un cuarto de siglo. Cuántas experiencias más me quedarán por vivenciar, sólo el tiempo dirá. Sin embargo, a veces este lapsus para quiénes llevan más tiempo transitando por esta tierra, es aún breve, pese a que en lo personal a veces he sentido que dada la intensidad, pareciesen muchos más. En los últimos cinco años se me ha vuelto tradición escribir este día algunos pensamientos o reflexiones sobre lo que he ido aprendiendo en este camino, por este peregrinar y hoy no es la excepción. La palabra más precisa que encontré para retratar esta experiencia fue como si fuese una “travesía”. Así es, ha sido una aventura inesperada donde se van tomando decisiones al andar, cada una con sus repercusiones y consecuencias, donde inclusive los errores son parte de ella y hay que saber asumirlos. Sobretodo puedo decir que he sido feliz por cada una de las personas que han formado parte de ella, muchas con la
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.