Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre 22, 2010

El carácter dicotómico de Lady Macbeth.

  En el presente trabajo, se pretende realizar un análisis comparativo entre las obras literarias Macbeth, cuya tragedia pertenece a Shakespeare y, Macbett, referente al teatro del absurdo de Ionesco, que es una parodia de la obra creada por el primer autor. Sin embargo, cabe destacar, que me centraré fundamentalmente en las características intrínsecas de las obras, más que en el contexto de producción, puesto que el presente, se aboca al establecimiento de una analogía entre el personaje “Lady Macbeth”/“Lady Macbett”, de quien referiré rasgos de índole psicológica, por ende también se hará alusión a sus pasiones y motivaciones, cuya incidencia en el desarrollo de las obras, es de suma relevancia, destacando ciertos atisbos de transgresión que se cometen en ella, en relación al orden natural de los hechos y, del mismo modo, las transgresiones de género que nos presenta este personaje. En primer término, efectuaré un análisis de los parlamentos que Lady Macbeth, enuncia en la obra

Análisis isotópico de: “El sonido y la furia”, William Faulkner.

Primero que todo, en el presente trabajo se pretende abordar a través de un análisis isotópico la obra “El sonido y la furia” de William Faulkner, teniendo como temática central la relación e influencia que ejerce la madre en el ulterior desarrollo de la personalidad y comportamiento de sus hijos, lo que resulta fundamental en el contexto intraliterario de la novela. Es de este modo que considerando el empleo de marcas textuales determinaré posibles hipótesis y conclusiones que se manifiestan en los disímiles capítulos, ya sea desde la perspectiva de Benjamín, Quentin o Jason, quienes desde sus puntos de vista nos irán revelando el carácter quejumbroso y alicaído de su madre, que eminentemente la caracterizaba. No obstante, confirmaremos también ciertos modos propios de comportarse de las mujeres del sur, rasgos que se ven representados en ella, tales como la abocada preocupación de los menesteres del hogar y del qué dirán.             En efecto, desde el primer capítulo narrado por