Amarga soledad que atrapas y oprimes el corazón Sentimientos trágicos de una voz interior Honda profundidad del ser y ser hondo de son profundo Llamarada que abrasa el delirio de mi cuerpo Candela fugaz que culmina en el hálito del tiempo Aparta de mí tus pétreos hilos de plata Sonidos estertóreos que agotan mi vida enajenada Agonizante musicalidad que en mí habitas Extínguete OH! Asfixiante tortuosa ponzoña Agobiante pesadumbre de horas interminables Por ti vierto lágrimas de un sopor inconmensurable Desvanécete como palabras al viento Líbrame de este martirio abyecto Olvídame y recuérdame con lúgubres letanías Rodéame, abrázame, aléjame, sepárame Ruines sensaciones de un suspiro obnubilante
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.