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Mostrando entradas de septiembre, 2017

Inconsciencia.

La lluvia trae un grito desterrado Su mirada es mi tristeza infinita Nostalgia es la esperanza olvidada El sentimiento, soberbia Melancolía, herrumbre, podredumbre El pensamiento es sonoridad. El amor, un arma afilada Encrucijadas, abismos, placeres Inconsistencia de un murmullo silencioso Consciencia es el velo ausente. Incomprensión, audaz soledad Horas fraguadas en miseria humana Visión profética de nuevos tiempos La poesía será el canto del mañana Tu canto, el eco de la memoria. Nuestro canto anunciará el otoño La verdad de las pasiones cotidianas Locura es la razón en tus manos Huella de nuestro andar En las misteriosas tierras de la muerte.

Sonidos experimentales.

Sonidos experimentales, estridencias Mi mente es un caos contramuralla La mala suerte de saberse poeta Sociedad de ausentes Inconformismo El pensamiento es silencio Espectáculo social Fluorescentes tubos de la noche. La mirada se pierde en el vacío Horizontes de vapores olvidados Imágenes surreales Un bar es la muerte que nos observa Le sonrío como aguardando el final El vacío consume horas en insomnia perturbada Psicodelia de rock and roll Es la poesía un alarido de soledad. Pd: Escrito la noche del 29 de septiembre en un pub de Chillán, inspirado en la música de la banda Gonzáles y los asistentes. José Patricio Chamorro.

El silbido.

La noche caía sobre mis hombros, la tertulia había llegado a su fin. Caminé a la deriva, sin mirar atrás por aquellas calles tantas veces recorridas de provincianismo de viejo cuño. Pasos. Silencio. Una sombra se deja entrever bajo la luz de los faroles. Miro de reojo. Una silueta. Un sonido entrecortado roza mis oídos. Alguien silba, tararea una canción.  Pestañeo, abro y cierro los ojos. Me detengo. Mis pensamientos se detienen. Los vehículos atraviesan la ciudad de un extremo a otro, me siento desolado en medio de la oscuridad. Me encuentro solo en medio de la noche en ciernes, nadie a menos de dos cuadras, solo la sombra que se aproxima. Un aire helado recorre mi frente, apresuro el paso, lo pienso. Permanezco inmóvil. Una brizna de viento circunda mi alrededor. Miro, observo el reflejo de los árboles bajo el alumbrado. Silencio. Abro los ojos, ojalá nunca los hubiese abierto.

El poeta vitalista.

El poeta vitalista. La sangre bulle como venas abiertas en tus palabras Camarada de letras, en tu espíritu un grito ruge Voraz, destemplado, ahíto de poesía Escultor de otros tiempos en ausencia de los días La noche fue tu amante peregrina Las estrellas, constelaciones infinitas Desnuda mi alma es el refugio que aguarda tu sentir Son enérgicas quimeras  los horizontes de tu pecho Son tus labios embriagador  licor de  sentidos Deseo en caricias de lunáticas pasiones El suspirar de un arrebatado beso a la muerte. Chillán 26, septiembre 2017.

Incertidumbres. (Reedición)

Incertidumbres. Los pensamientos inconstantes deambulan a la deriva de mis versos Son mis palabras un soplo a tu canto de desconciertos melodramáticos Son los sentimientos la purga a la catarsis de ensoñaciones nocturnas Silencios y nomeolvides de una pasajera existencia Te amo y te deseo como la fría noche aguardando tus caricias Contemplo tu cuerpo frágil hecho carne, hecho vida Presiento tus latidos y tristezas en las sabanas vagabundas y lejanas Tu boca entona profecías y preámbulos de pasiones legendarias Caigo a tus pies en la incerteza de tu amor prófugo y desalmado En tus palabras frígidas como el holocausto de mentiras carcomidas Tus entrañas a ratos me saben a bilis amarga de amores idos Tu cuerpo es el ápice de una tortura irresistible Enamorarme tu mayor traición Son cadencias y pulsiones extasiantes  en orgasmos furibundos ¿Qué amas, qué deseas? Tus pensamientos son una torre imperturbable Sentimientos tormentosos que nublan mi razón Tus

Silencios cómplices.

Silencios cómplices. Nuestro andar cautiva  la cómplice  mirada del olvido Son los ojos la silueta del pensamiento sonoro La escritura es la imagen del profano sentimiento Tu actitud el eco que permanece en mi memoria. El reflejo del andar infinito es vacío inminente La palabra contrae fuerzas de herrumbre marchita Tus latidos son el compás de las enérgicas horas  del ayer El mañana la incerteza de la muerte. Vivamos el presente que nos cobija y nos ampara Nuestra última esperanza es la libertad En el mundanal ruego de la existencia maldita Es el mortal capricho de nuestra bendita humanidad. José Patricio Chamorro, 24 septiembre 2017. Pd: Creado tras la experiencia vivida en el Taller Literario Mano de Obra en Concepción.

El escritor. (Reescritura)

Cada atardecer sus manos doloridas y sus ojos extenuados se detenían en  los rayos de sol y las motas de polvo que atravesaban su ventana. Ese día el sol retrasó 3 minutos su despedida. La hora había llegado.  En su miseria agolpó su mente un pensamiento y fugaz en el murmullo quebradizo de su voz, se dejó oír como sentencia epifánica un cordial saludo: Te estaba esperando. La muerte se sacó el sombrero y sin mayor esfuerzo, como quién entierra a un amigo fraterno, se lo llevó. 21 septiembre 2017.

La última voluntad.

El escritor yacía muerto. Su escritorio solo dejaba entrever un bolígrafo y unos folios blancos ausentes de caligrafía. Eran las 3 menos 5 de la madrugada, la hora en que los muertos regresan a la vida. Una semana antes Víctor había anotado en su libreta un acontecimiento importante que ocurriría el 31 de octubre, el día en que los espíritus migraban a nuestro mundo y en que los piadosos mortales reverenciamos a los santos. En efecto, solo seis palabras delineaban su mensaje: “La voluntad del señor sea dicha”. Cuando Gregorio abrió la puerta del despacho, a las 6 menos 10 de la madrugada del 1 de noviembre, sentado frente a su tintero y con folios ennegrecidos tenuemente dejando vislumbrar algunas palabras,  el cadáver de Víctor asemejaba estar más vivo que nunca. Su semblante blanquecino, nunca había tomado mejor color y con una sonrisa en su rostro el guardián de los secretos del escritor tomó la mano de su amo y en un abrir y cerrar de ojos, trazó su firma sobre la esqu

De poesía y otros amores.

De poesía y otros amores. (Prosa poética) Nos encontramos como dos almas que se sabían suyas desde que se vieron por vez primera.  Se sentía en el aire, la atmósfera de aquella plaza en el ajetreo de las festividades de septiembre acallaba nuestros suspiros y el diálogo, la palabra viva fluía sin cesar entre poesía y música. Ninguno creía en las casualidades, mas incluso aquellos que se saben destinados para amarse, conocen el principio y el fin de sus certezas.  Atesoré cada momento junto a ti, tu mirada serena, tu voz impetuosa y tu madurez seductora. Tus ojos, por Dios, tus ojos hacían que el mundo se detuviese y el tiempo se hiciese nada. Me contenían, me refugiaba en ellos y me perdía para no volver. Me ruboricé en tu sonrisa de pícara promesa en tu poesía embriagadora de deseo, en tus imágenes llenas de significados latentes y oscuros en tus manos de poeta. La escritura acompañó nuestra velada insomne, nuestros latidos acompasados al ritmo de nuestro andar infinito,

Nachelle. (Microrrelato)

Nachelle. (Microrrelato) Eran diez para las 7 de la tarde de un viernes 15 de septiembre.  Nachelle, mujer apasionada, vehemente y de un cuerpo de proporciones se columpiaba en el parquecito frente a la fábrica donde pronto debía reanudar su jornada laboral de temporada. Miraba al horizonte y de lejos se la podía divisar frágil, serena, contemplativa como remontándose a otros tiempos, lo que contrastaba con su figura robusta. Sus ojos miraban a la deriva, pero su mente la transportó a sus lejanas tierras y costas de Puerto Príncipe en su natal Haití. Sus manos y pies se perdían en el ajetreo del mercado en el que tarareaba con su suave voz lo que parecía un murmullo silencioso. Su madre la había mandado a divisar la llegada de un buque para iniciar el cargamento de verduras y frutas  exóticas. Corrió  desplazándose por las angostas callejuelas, esquivando en pequeños saltos los restos de un día intenso de trabajo en el mercado. Una vez llegó al puente, se sentó en un muelle a

Evanescecias. (16 septiembre 2014).

La vida, la propia, no depende de nadie más que uno mismo, en construcción continúa, por ello lo único que se tiene es el momento presente que debemos atesorar porque es la única oportunidad que se tiene de actuar. Lo demás es un futuro y pasado efímero que se desvanece. He aprendido a que debo valerme de mi mismo y no depender de nadie para enfrentar la vida, que si se quiere triunfar y salir de lo cotidiano, hay que ir con la frente en alto y dejar huella de Alguna manera. No se puede transitar por esta vida como si nada, sin vivir intensamente, sin andar y desandar, sin recorrer miles de caminos, hasta escoger el propio y tomar nuestras propias decisiones, procurando que sea la mejor opción y si nos equivocamos, que sean errores de los cuales se aprenda, pero sobretodo ser auténticamente nosotros mismos. A veces uno desea mucho en la vida, cuando se necesita tan poco en la vida para ser feliz, a veces menos es más. Hay que valorarse a sí mismo y los caminos se abrirán, ¿ se n

El Escritor (Microcuento)

El Escritor Cada atardecer sus manos doloridas y sus ojos extenuados se detenían en  los rayos de sol y las motas de polvo que atravesaban su ventana. Ese día el crepúsculo se eclipsó por los recuerdos y los vagos sueños que nublaron su razón. Fue en el instante preciso en que el mundo se detuvo.  En la lucidez de su agónico aliento buscó, aun sin saber qué encontrar y sin saber dónde ir, se devanó los sesos, revivió su escritura enajenada de juventud  y ni aun la pobreza en el ocaso de la vida, ni la ingratitud de su miseria lo pudieron contener. Agolpó su mente un pensamiento y fugaz como la memoria del olvido, desvanecida en el murmullo de su taciturna  y quebradiza voz, se dejó oír pronunciada como sentencia epifánica la palabra compasión. La muerte fue su última esperanza. 13 septiembre 2017

Venganza.

Venganza. Cansada de ser el reflejo de sus ojos y la silueta perfecta, cuando Ella tocó el cristal del espejo con la punta de sus dedos, se adhirió a su cuerpo. Ahora cada vez que alguien se enamora de Ella, Sombra recibe sus encantos y Ella es opacada por la oscuridad que acompaña sus gestos.

El naufragio de las palabras. (13 septiembre 2014)

Esta es la hora más tentadora para la escritura. Escribir en vela, de madrugada, abre la imaginación, anima los sentidos, enciende la llama de la creación pura, para los espíritus incautos que merodean a la hora en que todos duermen. Ellos se desvelan, yerran su andar para encontrar a otras almas fugaces que compartan el mismo sentimiento de soledad fría e incurable como las flores del mal de Baudelaire, el spleen de vivir la monotonía de la existencia, para revivir las páginas de los libros que yacen postrados en estanterías desiertas. Imágenes de ensueño que pueblan mundos de místicos sortiegios. Náufragos, palabra errante que se escapa al ser pronunciada, que se olvida de la eternidad, de lo que fue y se convierten en absoluto, en las manos de un escritor que segundos relampagueantes atisba otros mundos, otros cantos de ruiseñor, de ésos cuervos de medianoche, de escila y caribdis, las musas de los sátiros, la poesía que se burla del parnaso, del cotidiano vivir, de la hip

Prosas poéticas de sensaciones inconclusas.

Volcánica inspiración como tormentosa oscuridad renuente de posibilidades de amor Es el calor de tu cuerpo sobre las aguas de mi vorágine infinita En las sensaciones más intensas de tu humanidad deseosa entre mis dedos Abiertas de par en par se esfuman al viento las palabras del deseo Inventan placeres, amores de olvido en el paraíso perdido de tu inusual silueta Reflejo de imaginerías trashumantes en los tiempos del cólera Vestigios y remansos de agua brava en tu hombría virginal Somos huracán, contornos claroscuros en los vaivenes del amor Ocultos en las sombras de nuestros éxtasis bíblicos Desafiamos el infierno y crucificamos el paraíso Seremos uno, licor de almíbar  en el paladar de besos de ilusión Amantes errantes en las eternas horas del mañana Hasta que tu boca pronuncie mi nombre y mis labios desaten tu amor. Chillán, 10 septiembre 2017.

Me sabes a melodramas. (reescritura)

I Tus recuerdos me saben a amarga hiel La epifanía de tu silueta se manifiesta como chansón afrancesada Son los lirios tristes de tu belleza lozana en los suspiros del amor Vibrantes y sutiles son los amantes cuerpos en movimiento Estertores gélidos de una muerte temprana y destemplada La culminación trágica de las voces desesperadas Anárquicas pasiones en las que fuimos uno II Nos alejamos como viento sonoro en la  placentera separación Respiramos, suspiramos ecos del silencio  Cadencias musicales para olvidar la nostalgia de un amor Memoria hecha carne, verbo hecho cuerpo Agónico musgo cubre  la trágica comedia que vivimos aquel día III Toda historia llega a su fin, el nuestro recién comienza Como Romeo y Julieta aun la muerte nos da una chance Invictos y fervorosos triunfarán nuestros corazones que gozaron la pasión Los dos necios rehúyen la vil traición que aniquiló el amor Me sabes a melodramas.  febrero 25, 2011 Reescritu

Eclipse solar. (Micro relato intertextual)

Silenciosa, frágil y temerosa en sus primeros meses de relación se encontraba Selena. Su pálido rostro dejaba entrever una belleza inusual, que a ratos se veía opacada por la personalidad de Elías, quién pese a profesarle un amor incondicional, inevitablemente la desplazaba a un segundo plano con su carácter firme y autoritario. Sin embargo, desde que la vio por vez primera en aquel parquecito florecido como oasis en el ajetreo diario de la ciudad, jamás pudo abandonar sus labios carmesíes y sus ojos azul zafiro. Desde ese día nada volvió a ser igual. Selena había aceptado la proposición y tan solo meses después se había visto privada de sus amistades y solo podía ir de compras acompañada, pero al menos podía tomar las decisiones sobre la comida y disponer de una espaciosa casa con vista al mar. Cuánto deseaba llamarla hogar, pero más bien era una prisión para su espíritu libre. El mar era su refugio, su última esperanza. Llegó el gran día, la boda que con tanto esmero había

Voces en juicio.(Intertextualidad con noticia)

Voces en juicio. Bath County, Virginia. 1 de febrero. Te estamos observando. Hazlo. No te resistas, te estamos observando. No la dejes sola. Mira, ahí está jugando con sus muñecas. No la dejes sola. Tómala. Te estamos observando. Llévala a la cocina. Que no se resista. Estará mejor, hazlo. Parece una muñeca, córtale la cabeza. Las muñecas decapitadas  ruedan por la habitación a los pies de la niña. 2 de febrero. La niña llora. No la soporto. Me desespera, sus gritos, ¡qué horror! Mocosa llorona, igual que su hermano. Está en el patio, aprovecha, hazlo ahora. No, no puedo, es mi hija. Hazlo, sino ya verás lo que pasará. No, no quiero, es pequeña aún, no me la quitarán. Hazlo, ella estará mejor sin ti. 3 de febrero. No quería, ellos me obligaron. No pude resistirme. La niña llora. Su sangre recorre su brazo. Diré que fue un accidente, que se cayó jugando, sí, se cayó, la niña malcriada. La niña me mira asustada, se aleja de mí, grita. La acallo, la encierro en el cuarto

Paisajes de infancia.

Hay momentos en la vida en que quisiéramos volver el tiempo atrás, revivir pasajes de la infancia, adolescencia y de cada etapa de nuestras vidas que se conservan intactos en la memoria. Cada día que pasa sumamos nuevos recuerdos insondables, que nos definen y nos hacen ser quiénes somos. Sabemos que el tiempo transcurre inexorablemente y que no podemos hacer nada al respecto, más que continuar el curso de la vida, levantarnos cada mañana y vivir, disfrutar el presente , porque sabemos que en el futuro lo atesoraremos. En el inconsciente son tantos los recuerdos fugaces que se reviven como si hubiese sido ayer, que como haces luminosos y aun a ciegas nos dicen lo que hemos vivido, donde hemos estado y con quien compartimos, aun a ciegas, iluminando nuestro destino. La vida es ahora, todo cambia y cada cambio tiene un sentido, es la mayor enseñanza, pero el renegar de ella, ni atreverse a ser feliz, nos limita e imposibilita. Quizás la memoria del recuerdo, transforma esos momentos y