Anárquicas letras que se encienden como hojarasca ardiente y aprisionada Pasión de espíritu libertario de letras y acordes de tenor involuntario Esa silenciosa música que apaga los sentidos y enmudece el estertor ruido Muerte al fratricida de las armas que enceguecen al celador de las cofradías Juventud rebelde de corazones insatisfechos por hacerse escuchar Gritos a intemperie, rock y pedazos de poemas en calles de agonía El luchador cotidiano desfallece en los sopores de su cimiente intelectual Las manos de quién pone el lomo en el diario faenar, se entremezclan en soberana libertad Como garfio fiel a los ideales de quién cree en la fé irresoluta de una convicción En el pensamiento que los identifica, en la claridad de mentes lúcidas como farolas En el cobarde callar de quién se duerme entre letanías y da la vida por ser lumbre Por ser profeta de otra tierra y cimentar versos de poetas en infecundas grietas Anarquía es porvenir, mas
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.