“El tipo de las papas fritas”, así quería comenzar este relato, pero sinceramente no sé cómo partirlo, no sé si hacerlo in media res, in extrema res o ab ovo, pero lo único que sé esta vez es que quiero escribir lo que nos pasó con mi amiga del departamento, ya que teníamos ganas simplemente de ir a comprar algo para comer a estas horas de las noche, pues personalmente tenía un poco de hambre, tan sólo un poco, así que me decidí a acompañarla y juntos fuimos a ver qué nos ofrecía Ñuñoa, pasamos por fuera de unos cuantos locales y ahí no encontramos nada que nos gustara y menos aún para degustar, hasta que llegamos donde habitualmente suelo comprar hamburguesas, es decir, en un local que queda al frente de la facultad de humanidades de la Chile , apenas entramos con mi amiga no parábamos de reírnos y el tipo que nos atendió –que ya me conocía- me quedó mirando, no sé por qué razón, sólo sé que él tenía dos piercings, uno en la punta de la lengua y otro en la oreja, quizá aquello era in
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.