Siempre he visto la vida como una odisea repleta de peripecias. Un día se puede estar encumbrado y al siguiente no se sabe. ¿Qué es lo que tengo? Mi vida, mi mente, mi escritura, mis vivencias propias y las de otros. Escribo para no olvidar lo que ha sido mi vida, a veces quizás para perdurar en la memoria y recuerdos de otros, a veces siento que cada respiro es una lucha constante por sobrevivir, por extender la propia vida y decir al final del camino; "He vivido". Hay momentos en que me siento un hombre que ha vivido para contemplar el mundo y luego transformarlo, éste es absorbente, te sustrae para sí, te resta. Al final del camino qué nos queda, vivir, tan sólo vivir. Quizás ésa es nuestra recompensa. Cada persona es un universo de vivencias, experiencias y sensaciones. Un escritor hace perdurar a las personas; la escritura vista como confirmación de la existencia. Observarse en una obra, es ser en el presente y estar ausente.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.