El poder es irresistible y sabroso, con sabor a pasas al ron Pero cuando te engatusa y seduce has caído en las garras del infierno Atrapa como león a la gacela y enturbia la razón Carcome los sentidos y deja roñosos latidos No corrompas tu vida en la negrura del abismo Ni te entregues cual ramera a sus pretextos sin sentido Olvida el placer maldito, sé libre de la enemiga prisión Desátate del imperio de los vencidos Y véngate de la inaprensible pudrición. Repugnantes ratas son los amantes del dinero Se arrastran como serpientes lamebotas ante un superior Y con los subalternos son como perros hambrientos Los estrujan y se aprovechan de su sumisión Cargándolos como esclavos sin libertad de acción Por ello odio y aborrezco al político ladrón, A la veterana adinerada y a la rancia aristocracia.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.