Un desgarro a quema ropa en el alma vierte un charco de nostalgias. Como tinta derramada, la sangre corre estampada en versos. Se dilatan las pupilas, desorbitados los ojos padecen su muerte prematura. Un corazón rutilado es el eslabón perdido de la humanidad a punto de callar. En la creación solo hubo un grito silenciado, era el instante final en que la humanidad nacía. Holocausto de ánimas prontas a marcharse agrietaron las entrañas de la tierra madre. Un charco de lágrimas de sabor agusanado hirió la escena primigenia. Reencuentros se sucedieron como el primer recuerdo del olvido. José Patricio Chamorro Jara. Bar café O Higgins, 3 agosto Copiapó.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.