Yo soy el poeta fatal, el de los días negros
Aquél que le susurra a la noche su fría muerte
El que navega a la deriva de la niebla intranquila
El poeta de los 7 mares, el que poetiza los espacios
El hacedor de las horas fatídicas, el que humilló a la muerte
El redentor de los astros lumínicos que acompasan esta letanía
El deseoso de la sangre indecorosa que rodea tus muslos
El poeta del parnaso que escribe sus versos a tinta fría
El que pensó dos veces las encrucijadas de tu destino
La errabunda sombra de tu laberinto de vicios y fantasías
El poeta que yace embriagado de tus eróticas fragancias
Que extasían mi entrepierna desde el abismo al universo.
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