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Deja vù.


Sueños crean realidades a su paso,  se hacen manjares en su presencia

Ella deseaba conjurar la vida más allá de la muerte y su memoria se hizo carne

Verbo era su gracia,  pureza el hilo de su inocencia infantil

Sabía de nombres ancestrales que recordaba en sonoros pensamientos

Fluía en vaporos nubarrones su fragilidad primera. Cálida nostalgia rozó su mejilla

A un vuelo de ave se quebró su cordura, mas nunca supo de sus desdichas.

Abrió un día las ventanas de su cuarto luminoso

En alba cantaron ruiseñores anunciando venidas

Nadie supo jamás su historia, ella atravesó el umbral de sus misterios
Asomada a la balaustrada pronunció el nombre del padre ausente

En febriles estados se perdió su razón,  mas su padre nunca regresó

Se fue aquella noche sin decir adiós,  hoy yacen juntos en paraísos de amor.

Nunca se reconoció en sus palabras; como rosa floreció en primavera

Preguntó mil veces por su padre,  mas nunca hubo respuesta.
Nadie nunca se explicó su demencia temprana

En sueños hablaba la niña en el alba

Si  una voz le hubiese hablado del padre,  nunca hubiese existido tal tragedia

La niña yacía dormida para no despertar,  bajo el balcón de su ventana en otoño.


José Patricio Chamorro Jara.
Copiapó,  región de Atacama.
15 abril 2018.

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