1.- Escoger un fragmento emblemático de la obra Amarás a Dios por sobre todas las cosas de Alejandro Hernández, comentar la problemática que aparece y su forma de escribir.
“Negué a mi hijo todas las veces que me preguntaron,
todo el tiempo. Me dejaron allí dos semanas y todos los días alguien llegaba a
preguntarme por el migrante fugitivo. No lo conozco, no sé, no tengo idea. Era
un migrante, nada más. Pero qué migrante, de dónde era, en dónde quedaron de
verse. Era menos que un migrante, le dije a un jefe de la policía. No seas
pendejo, me dijo el jefe, no hay nada menos que un migrante. Y si no era
migrante, entonces qué era. Las palabras le supieron a vómito a mi papá. Era
nadie, les dijo”.
Amarás a Dios por sobre todas las
cosas, página 22.
La problemática expuesta en el fragmento citado nos
enuncia la situación del migrante cuando se es indocumentado y, por tanto, que
migra ilegalmente a través de las fronteras. Es en ese contexto que su estatus
es el de un paria social, política y culturalmente hasta el punto de negar su
propia identidad. Es en este sentido que la negación del padre para proteger a
su hijo y liberarlo de la implacable persecución y la muerte acechante, así
como Pedro negó a Jesús en el momento previo a su calvario, se vuelve, no solo
una situación presentada para acallar el interrogatorio, sino que es llevada al
extremo de llevar al padre aún más lejos y negar hasta la propia humanidad de
su hijo (Era nadie, les dijo).
Por otra parte, respecto a la escritura, esta se narra
desde la voz del protagonista, Walter Milla Funes, hondureño, quien nos relata
y reproduce la experiencia de su padre cuando intentaban junto a su hijo y
hermano llegar a Estados Unidos y cumplir el tan anhelado sueño americano, pero
cuyos avatares y penurias casi les costó la vida. El narrador a su vez posee
una panorámica de la historia que le permite describir lo que cuenta como si lo
hubiese vivido en carne propia como testigo ocular de la acción, pese a que
esta es descrita a través de los ojos del padre, alternando entre la primera y
tercera persona gramatical, que es propia de este tipo de narradores.
2.- Realizar una breve reseña (no más de una plana con interlineado 1,5, Times New Roman) de Necropolítica de Achille Mbembé, destacando su hipótesis, sus líneas argumentativas generales y exponiendo su apreciación crítica de la reflexión de este intelectual.
El ensayo Necropolítica de Achille Mbembe nos plantea
la hipótesis de que la expresión última de la soberanía reside ampliamente en
el poder y la capacidad de decidir quién puede vivir y quién debe morir. Hacer
morir o dejar vivir constituye, por tanto, los límites de la soberanía, sus
principales atributos.
Respecto a las principales líneas argumentativas
planteadas, se presentan la referencia a la concepción biopolítica de Michel
Foucault, las condiciones en que se ejerce dicho poder y lo pone en tensión en
contextos actuales como las condenas a muerte, la guerra como una forma de
establecer soberanía, la lucha contra el terrorismo de Estado y, asimismo la
política como una forma de guerra. En la
misma línea se inscribe la concepción del biopoder y la relación de enemistad,
donde el autor define a la soberanía como el derecho de matar, enlazados en su
argumentación a los conceptos de estado de excepción y el estado de sitio,
generando una noción ficcionalizada del enemigo.
En relación al biopoder, se formula una división entre
vivos y muertos, segregación en distintos grupos de la población, ante todo a
nivel racial. Lo anterior se ve reflejado en la experiencia con la alteridad,
aquel otro extranjero considerado como inhumano ante los procesos de conquista
en una política de la muerte, para ejercer el derecho soberano de matar. Es así
que el racismo se convertiría en una forma de regulación de distribución de la
muerte. Lo anterior sería una forma constitutiva del poder de los Estados
modernos y quedó patentemente registrado en la configuración del Estado nazi,
combinando las características de un Estado racista, Estado mortífero y Estado
suicida donde la eliminación biofísica del otro, reforzaría el potencial de
vida y seguridad.
Dado lo anterior, es posible realizar una cronología
histórica que posibilitó las consecuencias antes mencionadas. Entre ellas el
imperialismo colonial y la serialización de los mecanismos técnicos de
ejecución de las personas entre la revolución industrial y la primera guerra
mundial, procesos deshumanizantes e industrializados de la muerte (la fábrica, la
burocracia, la cárcel y el ejército). Del mismo modo, la existencia de nuevas
tecnologías del asesinato aspiraban a civilizar las formas de matar e
identificar a un mayor número de víctimas en un período breve para eliminar al
enemigo, minimizar el error y reforzar la verdad. Lo cual no hace más que
intentar erradicar la condición humana de la pluralidad.
Otro tema fundamental es la esclavitud como una de las
primeras manifestaciones de experimentación biopolítica, encarnada a través de
una triple pérdida: hogar, derechos sobre su cuerpo y pérdida de su estatus
político.
Finalmente cabe considerar que la concepción de una
necropolítica en la existencia de los Estados modernos, revela los alcances que
ha tenido una política estatal donde la subyugación de los cuerpos, las
decisiones biopolíticas encarnadas en el derecho de dejar vivir o matar en el
sujeto esclavizado, colonizado, marginado o racializado, llevándolos a la
pérdida de su propia identidad y a una alienación absoluta de dominación y
pertenencia, marcados por la violencia, el terror y el horror. En definitiva,
una muerte en vida.
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