En primer lugar, Breton cataloga a la superrealidad como un “Gran misterio”, señalando textualmente: “Yo creo firmemente en la fusión futura de esos dos estados, aparentemente tan contradictorios: El sueño y la realidad, es una especie de realidad absoluta, de Superrealidad”; lo anteriormente citado, nos plantea una amalgama entre dos estados fundamentales del ser humano, los que aparentemente funcionan como antítesis. No obstante, nos formula una certeza más profunda, en la cual a través del análisis y comprensión de ambos, se logra alcanzar un conocimiento más amplio y acabado del mundo, puesto que combinamos dos formas de percibir la realidad, ya sea que en estado de vigilia captamos lo que nos acontece de forma más bien superficial, vale decir, no hacemos una mayor introspección al respecto, por ello respondemos ante aquella realidad por el método denominado: Causa – efecto, lo que conlleva un cúmulo de veces a sentimientos como los que destaca Breton: “Resignación ante lo que le ha tocado vivir, el añorar la etapa de la infancia, la que está llena de encantos, ya que ella carece de rigor conocido, además también encontramos una despreocupación”. Lo que ocasionará una coartación a aquella imaginación que no conocía límites. Donde lo único que nos aguarda es la aspiración legítima ante aquel sentimiento tan apasionado que es La Libertad. Cabe destacar que aquélla tan anhelada libertad, no se encuentra sólo en el rango del diario vivir, sino más bien y sobre todo, en el ámbito más interno del ser humano, en su mundo espiritual.
Sin embargo, es en este aspecto donde la sociedad postmoderna posee sus más ingentes falencias, caracterizándose ésta por una casi irrisoria tendencia espiritual; en la que prima la realidad y siendo por ello nuestra interioridad, relegada a un 2° plano. Ante tal situación, Breton nos propone y para ello emplearé una cita de él; lo siguiente: “La actitud realista, inspirada por el positivismo… se me revela con un aspecto hostil hacia todo vuelo intelectual y ético… una mezcla de mediocridad, odio y chata suficiencia… donde triunfa la ley del menor esfuerzo”. Con la consignación de la cita anterior, André nos convoca a no conformarnos con el mínimo esfuerzo, muy por el contrario, posee una muy ávida expectación en que esto puede cambiar. Lo que no sólo es aplicable a la vida, puesto que desde aquella perspectiva es posible crear una literatura distinta, volcando a los lectores a una lectura más analítica y activa, ya que la existente, según sugiere el autor: “Adormece los cerebros”.
Otro punto que es preciso señalar, antes de concluir es que como enuncia André Breton, “Todavía vivimos bajo el reinado de la lógica. Pero los procedimientos lógicos actuales se aplican únicamente a la solución de problemas de interés secundario”. Lo precedente se remite en que más allá de la obtención de soluciones frente a problemas abstractos, nos preocupemos de solucionar los problemas reales de nuestra vida.
Como última dimensión a cavilar sobre el primer manifiesto Surrealista, encontramos los aportes de Freud, en torno al psicoanálisis, en el cual el autor del primer manifiesto, nos dice: “Confiada en dichos descubrimientos, se va formando una corriente de opinión, con cuya ayuda cualquier explorador de lo humano podrá hacer avanzar sus investigaciones, facilitando el camino por el hecho de no tener que depender ya exclusivamente de las realidades escuetas”. Esto no tan sólo apunta a que con los logros de Freud se tenga un mayor entendimiento de la realidad, por lo que se desprende de forma más profunda, que gracias al padre del psicoanálisis y sus estudios sobre el sueño y la actividad psíquica, se puede a través de las manifestaciones de nuestro inconsciente, llegar a resoluciones de los problemas que enfrentamos, tanto personal como los que presenta la sociedad en la que estamos inmersos.
Finalmente el autor, ha concluido en 3 propuestas sobre el sueño; en la primera nos platica de la composición del sueño, pregonando que éste es continuo y que posee trazas de organización, mientras que en la segunda nos señala con vehemencia y esclarecimiento que el secreto del estado de sueño, nos es revelado y de este modo en la tercera propuesta, nos afirma que: “El espíritu del que sueña se satisface ampliamente con cuanto le ocurre”.
Es así que la mezcla de ambos estados, de forma mesurada y equivalente, nos permitirá lograr la plenitud. Ése es el gran misterio.
Hola, hace tiempo me dejaste un comentario, siento no haber pasado por tu blog antes, me parace muy interesante lo que escribes, tengo pendiente leer el psicoanálisis de Freud, estoy peleándome con el Código Secreto, referente a la proporción Aurea y me gustan mucho estos temas, seguiré pasando por aquí. Un saludo. PARSIFAL...
ResponderEliminarDemasiado conectar, demasiada autoreferencia, demasiado intelectualismo, y poca sustancia, amigo mío. Siempre es más provechoso sentir antes de pensar.
ResponderEliminarEstoy segura de que esto me será útil cuando Brncic nos pase vanguardias :)
ResponderEliminargrande! estuvo muy interesante, y muy bien analisado :D
ResponderEliminarsos un che romantico! Gracias infinitas!
ResponderEliminarSentir está en segundo lugar!!
ResponderEliminarentrando a un mundo y otra realidad, que negaba, me gusta lo simple de esta explicación.quiero más, espero que no sea tarde, cada vez más actual y premonitorio.
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