La vida es un torrente de procesos claramente identificados como causas y efectos, pero para que estos se produzcan, deben existir hechos preliminares que los desencadenen, los que a su vez son producidos por otros que los preceden. En fin, toda situación o hecho tiene sus antecedentes, que hacen de la existencia un devenir constante, cuyas repercusiones no tan sólo afectan a quienes las vivencian, sino que incluso son capaces de trascender generaciones, períodos y más aún, dejar una impronta indeleble en la historia.
Como mencioné anteriormente, existe un cúmulo de hechos que marcan un hito, pero no tan sólo en la historia universal, sino más bien en aquella que cada de uno de nosotros va forjando, nuestra historia personal, nuestra vida.
Lo señalado con prelación es una perspectiva distinta, una visión crítica, que va más allá de un mero análisis y conocimiento de los sucesos que forman parte de nuestra historia, es una manera diferente de conocerla y más aún, comprender lo sucedido y percatarnos que ello ha hecho de nosotros y todo lo que permanece en derredor lo que somos. Éste es el primer paso para adentrarnos y compenetrarnos en la novela de Jhon Boyne, la cual ha alcanzado éxitos de ventas, trasformándose en uno de los best seller más leídos en los últimos tres años desde su publicación, me refiero a la novela The Boy in Striped Pyjama, que ha sido traducida a más de 30 idiomas, entre ellos el español, la que recibe por denominación; El Niño con el Pijama de Rayas.
El presente libro, está ambientado en el año 1942, fecha que transcurre en uno de los episodios más cruentos del siglo XX, la segunda guerra mundial. Cuya narración, es realizada por un niño de nueve años de origen alemán, llamado Bruno, el que nos cuenta desde su punto de vista los hechos que forman parte de su vida, pero los que están intrínsecamente ligados a los acontecimientos de la época en la que le ha tocado vivir. Es en este punto donde se aplica lo que he proferido anteriormente, vale decir, en cómo lo que sucede, querámoslo o no a nuestro alrededor, nos afecta, ya sea directa o indirectamente.
De este modo, Bruno nos irá contando su vida, con las trivialidades propias de su edad, pero que dicho sea de paso, estarán impresas en ella la inocencia, aquella capacidad inherente de todo niño, pero que para nuestro pesar con el pasar de los años, se va difuminando hasta desaparecer por completo. Cabe destacar, que como lectores, al igual que el protagonista, nos daremos cuenta, que hechos que creíamos tan insubstanciales, como un cambio de casa; marcarán rotundamente su vida, constituyendo una trascendencia que él ni nadie se imagina.
En este libro, cuya versión original posee 216 páginas, es posible lograr una lectura rápida y que a ratos se torna vertiginosa, es de fácil comprensión, pero no por ello superficial. Si bien Boyle ha tenido la genialidad de plasmar un hecho de suma importancia para nuestra época, es más destacable aún su proceder, cuya nitidez, concisión y argumento es asequible para un público diverso, los que fluctúan desde las más variadas edades, ya sea desde niños, jóvenes e incluso hasta adultos. Finalmente quiero destacar y sugerir a aquellos lectores ávidos, que en el momento de encontrarnos frente a un libro como éste, no seamos prejuiciosos ni menos aún, espectadores pasivos. Pero que al igual que Bruno, vayamos descubriendo un mundo, pero no con nuestra típica óptica objetiva, sino que seamos capaces de recuperar aquella inocencia desvanecida por la realidad que nos circunda, que seamos capaces de volver a ser niños una vez más.
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