Una de las numerosas facultades de quien siente en el alma todo cuanto le rodea, es poder entregarse en absoluta entereza a sus emociones, permitirse dar rienda suelta a un estado anímico determinado, que a posteriori se manifiesta en variados sentimientos entremezclados, que desencadenan en un amplio espectro del clímax emocional, te permite vivir el amor al límite, te libera de la tristeza, de la congoja, del estigma social, de la soledad, te prodiga libertad y más aún, te otorga una visión disímil de la realidad, te tornas crítico, comienzas a cuestionarte y a replantearte verdades que para algunos parecen absolutas, entiendes que la vida no es tan utópica como pensabas, que las personas continuamente usan caretas para cada situación y aparentan ser lo que no son. Además te percatas de por qué cada persona reacciona de tal modo o qué la motivó a reaccionar así; a la vez todo ello se conjuga y puede ocasionar en tu ser sentimientos de impotencia, puesto que anhelas cambiar el comportamiento de ciertas personas, quieres influir, pero al replanteártelo te das cuenta que coartarías su libertad, por ello si realmente se desea ayudar y ser un aporte benéfico para la comunidad, es preciso que te comprendas a ti mismo y que a la vez, ello te permita entender tu entorno, proceso nada fácil, pero basta un vistazo para advertir ciertos hechos y éstos a su vez, te conllevarán a dilucidar procesos significativos en la vida de los demás, incluso lograrás aproximaciones y ciertos atisbos de sus vidas, con el sólo hecho de contemplar detenidamente un determinado actuar y establecer las relaciones acertadas que conducen a una inferencia mayor.
Más allá de ser cualidades y potencialidades esclarecidas, es entender de mejor modo el comportamiento humano, el cual puede llegar a ser muy predecible, sin embargo, el ser humano posee una gran riqueza emocional y, por tanto, puedes llegar a conclusiones relativamente probables, en cuanto a una conducta, pero se torna más factible errar, ya que la humanidad con la amplia gama de emociones que experimenta, puede cambiar un simple hecho, con la sola manifestación de una emoción, la que puede adquirir una matiz tan variado, que a su vez da posibilidad a un cúmulo de respuestas frente a un suceso específico, para comprobar esto de un modo más tangible, plantearé el siguiente ejemplo: “Un hombre cualquiera va por la calle, su día había sido todo un éxito, lo que provocaba en él, sentimientos de dicha, júbilo y una felicidad difíciles de explicar, a causa de ello se sentía muy bien. No obstante, recibe una llamada telefónica de su esposa y ésta le dice que necesita que venga urgente y luego termina la llamada. Él se preocupa en demasía, puesto que su mujer no acostumbra a llamarlo, remarca el número de teléfono, pero ella no contesta. Él se comienza a preocupar, sus reacciones biológicas se aceleran, su ritmo cardíaco aumenta, su presión sanguínea del mismo modo también lo hace y experimenta una situación de estrés. Ello lo hace aumentar el ritmo de su andar, su caminar se convierte en un trote sistemático, experimenta una preocupación súbita, cree que a su mujer le ha pasado algo, rememora todos los bellos momentos vividos junto a ella y vislumbra también cómo en el último tiempo habían estado un tanto separados, pero no por ello se había perdido el amor que sentían el uno por el otro, desea decirle a su mujer cuánto la ama y que no le pase nada, quiere llegar cuanto antes a su casa, pero el paradero de la locomoción colectiva está en la calzada de en frente, pero para cruzarlo debe dar una extensa vuelta, mientras que puede atravesarla directamente, es así que sin pensarlo dos veces decide cruzar la avenida, miró a un lado rápidamente y se dio cuenta que no venía ningún vehículo, siguió presurosamente, siente un bocinazo, el impacto y luego todo se volvió oscuridad”.
La situación anterior es un claro ejemplo de cómo las emociones inundan nuestra vida y cómo muchas veces no las podemos controlar, desembocando finalmente es hechos trágicos como el anterior, Tal vez hubiese bastado simplemente un mayor control emocional, pero en nuestra vida, no es nada sencillo. Es de esta manera que considero menester trabajar en el desarrollo de nuestras emociones y aprender a dominarlas, ya que un modo más adecuado de usarlas, permitirá prever otras alternativas ante un mismo acontecimiento.
A continuación procederé a un análisis del ejemplo formulado:
En primer lugar, me referiré a la mujer, quien efectuó la llamada. En cuanto a ésta es necesario destacar, que quería dar a conocer una excelente noticia a su marido, la que sin duda lo dejaría atónito y reafirmaría las distancias mantenidas los últimos días. Estaba embarazada, pero no sabía cómo decírselo del mejor modo a su esposo, fue ahí cuando se le ocurrió planear una cena romántica y una serie de artilugios, que hicieran de ese día, un hecho inolvidable; decidió llamarlo, le dijo que viniera urgente y que lo necesitaba, posteriormente colgó el teléfono. Quiso salir cuanto antes, por lo demás ya estaba arreglada para ir de compras al centro comercial, así que salió de su casa apenas colgó.
Ahora si analizamos la perspectiva del esposo, él creyó que a su mujer le había pasado una desgracia, ahí el por qué de su llamada poco usual, no obstante, se equivocó. Pero al haber seleccionado aquella alternativa sin dudar siquiera, su organismo comenzó a reaccionar y se inició una tensión en todo su cuerpo, se dejó conducir por todo aquello y acción, tras acción que realizaba, lo hacía bajo la intensidad de lo que sentía en aquel momento y más aún, la finalidad de ayudar a su mujer, en el supuesto de que le hubiese pasado algún percance. Finalmente los actos sin premeditación alguna, lo llevaron a la fatídica muerte.
Cabe destacar que esta reflexión, entre otros motivos, busca que podamos percatarnos de cuán importantes son las emociones en nuestras vidas y cómo influyen en nuestro accionar y aun en las decisiones más triviales, incluso se podría decir que están supeditadas a un proceso de causalidad. Se han realizado muchos estudios al respecto, surgiendo así en la actualidad libros sobre las emociones, los que alcanzan un carácter muy divergente, así que ante todo recomiendo leer alguno de ellos, ya que si bien en primera instancia pueden parecer abstractos, a medida que nos sumerjamos en su comprensión, nos otorgarán una enseñanza de por vida.
Más allá de ser cualidades y potencialidades esclarecidas, es entender de mejor modo el comportamiento humano, el cual puede llegar a ser muy predecible, sin embargo, el ser humano posee una gran riqueza emocional y, por tanto, puedes llegar a conclusiones relativamente probables, en cuanto a una conducta, pero se torna más factible errar, ya que la humanidad con la amplia gama de emociones que experimenta, puede cambiar un simple hecho, con la sola manifestación de una emoción, la que puede adquirir una matiz tan variado, que a su vez da posibilidad a un cúmulo de respuestas frente a un suceso específico, para comprobar esto de un modo más tangible, plantearé el siguiente ejemplo: “Un hombre cualquiera va por la calle, su día había sido todo un éxito, lo que provocaba en él, sentimientos de dicha, júbilo y una felicidad difíciles de explicar, a causa de ello se sentía muy bien. No obstante, recibe una llamada telefónica de su esposa y ésta le dice que necesita que venga urgente y luego termina la llamada. Él se preocupa en demasía, puesto que su mujer no acostumbra a llamarlo, remarca el número de teléfono, pero ella no contesta. Él se comienza a preocupar, sus reacciones biológicas se aceleran, su ritmo cardíaco aumenta, su presión sanguínea del mismo modo también lo hace y experimenta una situación de estrés. Ello lo hace aumentar el ritmo de su andar, su caminar se convierte en un trote sistemático, experimenta una preocupación súbita, cree que a su mujer le ha pasado algo, rememora todos los bellos momentos vividos junto a ella y vislumbra también cómo en el último tiempo habían estado un tanto separados, pero no por ello se había perdido el amor que sentían el uno por el otro, desea decirle a su mujer cuánto la ama y que no le pase nada, quiere llegar cuanto antes a su casa, pero el paradero de la locomoción colectiva está en la calzada de en frente, pero para cruzarlo debe dar una extensa vuelta, mientras que puede atravesarla directamente, es así que sin pensarlo dos veces decide cruzar la avenida, miró a un lado rápidamente y se dio cuenta que no venía ningún vehículo, siguió presurosamente, siente un bocinazo, el impacto y luego todo se volvió oscuridad”.
La situación anterior es un claro ejemplo de cómo las emociones inundan nuestra vida y cómo muchas veces no las podemos controlar, desembocando finalmente es hechos trágicos como el anterior, Tal vez hubiese bastado simplemente un mayor control emocional, pero en nuestra vida, no es nada sencillo. Es de esta manera que considero menester trabajar en el desarrollo de nuestras emociones y aprender a dominarlas, ya que un modo más adecuado de usarlas, permitirá prever otras alternativas ante un mismo acontecimiento.
A continuación procederé a un análisis del ejemplo formulado:
En primer lugar, me referiré a la mujer, quien efectuó la llamada. En cuanto a ésta es necesario destacar, que quería dar a conocer una excelente noticia a su marido, la que sin duda lo dejaría atónito y reafirmaría las distancias mantenidas los últimos días. Estaba embarazada, pero no sabía cómo decírselo del mejor modo a su esposo, fue ahí cuando se le ocurrió planear una cena romántica y una serie de artilugios, que hicieran de ese día, un hecho inolvidable; decidió llamarlo, le dijo que viniera urgente y que lo necesitaba, posteriormente colgó el teléfono. Quiso salir cuanto antes, por lo demás ya estaba arreglada para ir de compras al centro comercial, así que salió de su casa apenas colgó.
Ahora si analizamos la perspectiva del esposo, él creyó que a su mujer le había pasado una desgracia, ahí el por qué de su llamada poco usual, no obstante, se equivocó. Pero al haber seleccionado aquella alternativa sin dudar siquiera, su organismo comenzó a reaccionar y se inició una tensión en todo su cuerpo, se dejó conducir por todo aquello y acción, tras acción que realizaba, lo hacía bajo la intensidad de lo que sentía en aquel momento y más aún, la finalidad de ayudar a su mujer, en el supuesto de que le hubiese pasado algún percance. Finalmente los actos sin premeditación alguna, lo llevaron a la fatídica muerte.
Cabe destacar que esta reflexión, entre otros motivos, busca que podamos percatarnos de cuán importantes son las emociones en nuestras vidas y cómo influyen en nuestro accionar y aun en las decisiones más triviales, incluso se podría decir que están supeditadas a un proceso de causalidad. Se han realizado muchos estudios al respecto, surgiendo así en la actualidad libros sobre las emociones, los que alcanzan un carácter muy divergente, así que ante todo recomiendo leer alguno de ellos, ya que si bien en primera instancia pueden parecer abstractos, a medida que nos sumerjamos en su comprensión, nos otorgarán una enseñanza de por vida.
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