Como dice una amiga, estoy
empezando a escribir con el corazón, tal vez así sea, no lo sé, sin embargo, de
lo que estoy realmente seguro es que ahora observo la realidad con mayor
detención, este siglo enajenado, de violencia, corrupción, malos tratos, me
parece absurdo, de hecho, estoy en el lugar donde se muestran todas las
contrariedades de este tiempo, escribo contemplando la ciudad santiaguina desde
un mall, veo su smog, a centenares de personas caminando rumbo a ver un partido
de fútbol, de esos tan renombrados “clásicos”, prefiero no escucharlos, ya que
me causa un poco de repudio, he de admitirlo, pero así nuevamente me doy cuenta
de las identidades personales, pues como suelen decir, somos por lo que
hacemos, por ello nuestras prioridades marcan la diferencia, a su vez me he
dado cuenta, que como en todo ámbito de cosas, existen todo tipo de personas,
yo soy más ad hoc con aquellas a quienes les gusta el estudio, la lectura, el
café y la buena vida, sé que entre otras cosas, uno siempre que se propone
algo, lo puede conseguir, por ende, invito a quienes lean este escrito, que
deseen con el corazón lo que quieren para su vida, si quieren amor, lo tendrán,
si quieren dinero, también. No obstante, no olviden el amor, que es lo que
mueve al mundo. Recomiendo sinceramente que sean con el corazón, ya que ello es
lo fundamental en esta vida, admito que a veces yo me he olvidado de ello. Por
otro lado, éste es el siglo donde la poesía debiese leerse aún más, quiero
luchar por ello, pues es necesario culturizar a esta sociedad, hay que enseñar
a vivir, mejorar nuestra calidad de vida, detenernos a pensar un instante al
menos, ya que el ritmo actual es tan vertiginoso, que nadie se detiene ni un
segundo a escuchar al otro, a ver qué tiene que decir, sino que cada uno vela
por sus propios intereses. Hoy cuando me levanté, le agradecí a la vida, puesto
que me ofreció una bella cordillera, buenos aires, árboles que se movían con el
viento y pájaros que revoloteaban cerca de la ventana de mi apartamento, hoy
fui feliz y gracias a este descubrimiento, lo seré el resto de mi vida, ya que
está bien estudiar, educarse y conocer, pero lo que realmente marca la
diferencia es fijarse en los detalles, que como veo, cada vez somos menos
quienes lo hacemos. La invitación queda abierta.
Diálogo
entre dos hombres en una calle de Santiago:
Hombre de la derecha: -la gente
está mala compadre, mejor es quedarse en la casa.-
Hombre de la izquierda:
-compadre, salga a la calle, enfrente la vida y verá que la gente no es tan
mala, sólo que no saben qué hacer con su vida.-
Exelente dialogo!!!! me estas asombrando!!! que biennnn!! pa adelante no mas!!!
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