Hoy amaneció temprano, quizás es
la frase ideal para empezar un día y, efectivamente, así creo que es, pues me
he dado cuenta que con las personas que a veces se comparte, es claro que en
varias ocasiones, cada uno vela por sus propios objetivos y medios, primando
ante todo el individualismo, la salvaguarda de su propia vida e intereses,
olvidándonos muchas veces de los sueños de aquel otro distinto de mí. Por otra
parte, me ha tocado apreciar en carne propia las desigualdades sociales, pues
hoy visité otro mall en un sector periférico de Santiago y, a claras luces uno
nota la diferencia, son falsas ilusiones y expectativas, las tiendas de vestir
cambian, la ropa que seleccionan para vendérsela a la gente es diametralmente
opuesta a la que venden en sectores más altos de la sociedad. A su vez la música
ambiental es distinta, lo que da cuenta de los gustos, al mismo tiempo, el tipo
de gente que frecuenta estos lugares posee una cultura muy limitada, no basta
ser lingüista para percatarse de ello. En fin, éste es otro día más para hablar
de las desigualdades de Chile. Han transcurrido unos minutos y ¿qué observo? Un
apagón de luz generalizado en el mall, gente histérica gritando, malos olores. Sí,
en el mall no todo entra por la vista y el sonido, sino que también por el
olfato.
A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia.
Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido
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