En
primer lugar, al analizar la obra “El extranjero” de Albert Camus, ésta ya
desde la esencia misma del vocablo “extranjero”, se nos presenta como una
suerte de distanciamiento o extrañamiento en relación al mundo, pues
fundamentalmente Mersault, quien es protagonista de la obra, es un sujeto que
se nos muestra como alguien apático, indiferente ante los acontecimientos que
lo rodean, vale decir, ante el mundo circundante y cada uno de los hechos que
se van sucediendo en su vida, así por ejemplo ocurre primeramente con la muerte
de su madre, la que de cierto modo no marcará un hito trágico en su vida, sino
que más bien continuará como si nada hubiese sucedido. De hecho desde la
primera línea se nos muestra la absoluta indiferencia con que trata la muerte
de su madre: “Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé.”. Desde este punto de
vista, Mersault hace una suerte de pausa en su pensamiento, lo que viene dado
eminentemente por los puntos seguidos, pero queda patente al desconocer la
fecha de defunción de ella, así iremos viendo que la apatía a lo largo de la
obra se irá confirmando.
A
continuación igualmente se sigue apreciando su indiferencia, pues como estamos
dentro de la consciencia de Mersault, éste mentalmente nos relatará lo que hizo
tras enterarse del fallecimiento de su madre, así nos cuenta que pidió permiso
en su trabajo, ante lo que se le concedió, sin embargo, lo ve como una excusa,
incluso se siente culpable por la situación, lo que da cuenta desde este punto
de un “sentimiento del absurdo”, que se nos manifestará en más de una ocasión.
Posteriormente nos continúa relatando su rutina, donde siguió haciendo todo tal
cual acostumbraba.
Sin duda alguna la
relación con su madre no es la única que dará cuenta de la tan mencionada y
significativa “apatía”, sino que de igual manera, será la relación con María,
una muestra clara de ésta, pues en un momento determinado, ésta le preguntará
si la ama, a lo que Mersault responderá que no tenía mayor importancia, pero al
parecer no. Lo anterior indudablemente es un elemento que denota una
prácticamente absoluta indiferencia hacia las relaciones interpersonales.
Un tercer personaje con quien Mersault
interactúa y ante quien ejerce un sentimiento similar, no es nada más y nada
menos que su patrón, quien le ofrece un viaje de trabajo a París, ante lo cual
él respondió asertivamente, sin embargo, de igual modo le resultaba indiferente
y, a posteriori, aquel sentimiento se profundiza aún más, inclusive se le preguntó
si es que le interesaba un cambio de vida y, ante aquello Mersault responde que
para él todas valían igual y que se encontraba a gusto con la que llevaba
actualmente.
Luego, su relación con
María lejos de mejorar, tiende absolutamente a lo contrario, a empeorar
progresivamente, ya que ésta le preguntó si es que quería casarse con ella,
ante lo que le responde que le era absolutamente indiferente y que si quería
hacerlo, él accedería. Es decir, no sería un cambio muy significativo en su
vida. Y así, tras un intercambio continúo de ires y venires, su relación se
tornó inllevable. De esta guisa, lo que parecía ir en buen camino, se volcó
hacia un sentimiento desastroso, un paso desde el amor al odio.
Pero el “extrañamiento”
y a su vez “sentimiento de apatía”, ya no sólo queda dado con un grupo reducido
de personas cercanas a Mersault, sino que de igual manera, el mismo sentimiento
se produce cuando intentan indagar en su vida privada, donde se recabaron
antecedentes tales como el reciente fallecimiento de su madre en un asilo y,
así el grupo reducido de conocidos ya no será el único que hablará de su
apatía, sino que se extenderá de igual manera hacia los instructores, es decir,
los que estaban investigando el caso, quienes también determinarán que éste presentaba
manifiestas pruebas de insensibilidad, ante todo durante el día del entierro de
su madre.
Pero el caso se torna
aún más complejo, cuando se prosigue en el interrogatorio a Mersault y éste en
sí dejaba entrever a través de sus comentarios, pues se le preguntó si había
sentido pena aquel día, ante lo que respondió, que sin duda la quería mucho,
pero claro, no era suficiente. Posteriormente añade que todos los seres
“normales” –lo anterior es desde ya cuestionable.- han deseado en alguna
oportunidad la muerte de sus seres amados y, lo que es peor da a conocer su
vulnerabilidad e inestabilidad emocional, a través de la siguiente frase: “Le explicó que tenía una naturaleza tal que
las necesidades físicas, alteraban a menudo sus sentimientos.”
En síntesis, según lo ya
estipulado, se puede concluir a claras luces que Mersault quería y anhelaba
parecer “normal”, sin embargo, había algo en su interior que sabía que no lo
era del todo, lo que se entrevé en la postrera cita: “Sentía deseos de asegurarle de que yo era como todo el mundo. Pero
todo esto en el fondo no tenía gran utilidad y renuncié por pereza”.
Finalmente, cuando se le
pregunta si quería a su madre, nuevamente hay dejes de apatía, pues lo que se
tendería a esperar “socialmente”, es que un hijo posea un especial amor a su
madre. No obstante, Mersault señala que él quería a su madre como todo el
mundo, lo que ante ojos externos, dará cuenta de una frialdad o apatía, por lo
menos en un estado aparente.
Ya culminando, en
relación al crimen que cometió Mersault, ante lo que se debía el
interrogatorio, la presente escena sufrió un cambio muy brusco, pues al
contemplar el carácter y la forma en que se comportaba Mersault, el juez tomó
un crucifijo y se lo puso ante sus ojos, con la intención de que éste se
reivindicase, que se absolviera de sus “pecados”, pero la reacción del
protagonista del relato fue un tanto inesperada para éste, quien quedó,
literalmente, anonadado, pues consideró que el alma de Mersault, era sin lugar
a dudas una que causaba un sentimiento hondo de tristeza y apatía, en sus
palabras: “Nunca he visto un alma tan
endurecida como la suya. Los criminales que han comparecido delante de mí han
llorado siempre ante esta imagen del dolor.” Finalizando, cuando se cree que el comportamiento
del protagonista ya no puede ser más indiferente, éste señala que sentía
aburrimiento y no pena, precisamente ante tal situación.
Al finalizar el presente
ensayo, tomaré como referente claro para dar cuenta del distanciamiento y
extrañamiento total en Mersault, lo relativo a la percepción que la sociedad
tenía de él y, por qué debía permanecer en presidio, pues constituía un claro
peligro social, por las razones ya señaladas, tales como su actitud para con su
madre, donde inclusive se refiere que la había matado moralmente, además que de
cierto modo no tenía nada que hacer en la sociedad, que en definitiva no era
ningún aporte, ya que desconocía las reglas esenciales de ésta.
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