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A mis 21 años de vida, puedo decir que…




A mis 21 años de vida, puedo decir que soy una persona muy llevada a mis ideas, que me encuentro absolutamente en desacuerdo con las convenciones sociales, que mantengo mi postura de los 20 años de ser agnóstico en relación a las religiones y Dios, que detesto y aborrezco el cinismo en las personas, pues yo en todos lados y con todos soy de igual forma, sin importar el contexto, desde mis padres con los cuales atestiguo que he tenido más de un encuentro en el último tiempo, amigos y conocidos. Por lo demás mis conocimientos en psicología no me permitirían aceptar en ninguna circunstancia que me impongan patrones del tipo conductista; hasta en la locomoción colectiva me comporto de igual manera, se me conozca o no se me conozca, ya que soy la misma persona. Tampoco creo en los azares y casualidades en la vida, de hecho hoy mismo me encontré frente a frente con un joven adventista, con el cual discutimos a lo largo de mi recorrido por Santiago, abundantemente el tema de las religiones, ante lo que le planteaba fundamentalmente si es que él creía en “Dios”, si era así, en qué Dios creía, si acaso lo hacía con las instituciones o si creía acaso en las personas que la conformaban. Ante todo cabe resaltar que toda mi vida he sido así; desde los 17 años que he asistido a diversos credos, cuestionando sus principios de base, entre ellos, mormones, evangélicos, etc., ante los cuales asistí a unas cuantas charlas. Por otro lado, los cristianos, los cuales formaron parte de mi vida por un largo lapsus, pues estudié prácticamente desde los 6 años en colegios católicos, en los cuales se puede confiar, pero hasta cierto punto nada más, aunque cabe señalar que ante ellos también establecí diversas críticas, las que me llevan hasta hoy mismo 28/12/2012.

 Por otra parte, si bien fui acólito cuando pequeño hasta los 12 años, si bien cumplí con los requerimientos convencionales de la primera comunión, confirmación, esta última a mis 18 años; en sí ya no le creo a nadie, de hecho prefiero mis libros y conclusiones personales, que de hecho a veces creo que inclusive están mejor fundamentadas que la opinión de varios supuestos teólogos y charlatanes. Del mismo modo, camino a mi casa, en la locomoción colectiva, siempre me causan interés las personas que van leyendo o que poseen una apariencia interesante, de esta manera fue que entablé conversación con un joven Punk, que posteriormente me enteré que era anarquista, el cual al explicarme esta opción de vida, no me convenció del todo, pues me tendría que haber remitido a la etimología de este término para dejarla en claro, él poseía sus propias ideas al respecto, de hecho fue bastante interesante conocer sus opiniones frente al tema de las tribus urbanas, por ejemplo, pues estuvimos discutiendo eminentemente en relación a la proveniencia de éstas y con cuáles uno tiende a sentirse más identificado, además de por qué uno escoge pertenecer a éstas, por qué le resultan llamativas, hasta qué punto te puede satisfacer pertenecer, ya sea por afán de grupo u otro, a alguna en particular, cuáles son las expectativas que uno posee al ingresar a alguna de ellas, en fin, un centenar de etcéteras más.

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