Adjunto la entrevista que me realizò una estudiante de periodismo el dìa 13/11/2012:
Como alguien interesado en difundir sus ideas y aportar en lo más que pueda se auto-define José Chamorro,un estudiante de tercer año de Licenciatura en Lenguas Hispánicas de la Universidad de Chile que se dedica a escribir en el blog “Una mirada diferente”, el que ha sido criticado tanto positiva como negativamente.
A veces lo saludan desconocidos porque lo leen de su blog y sus pasatiempos son conocer algún museo, visitar bibliotecas, ver películas de cine arte, conocer gente artística, dar clases de lenguaje y asistir a diversas conferencias de literatura. Es José Chamorro que a sus 21 años ya ha escrito más de dos mil páginas y que pasa su mayor parte del tiempo en la universidad.
Atento escucha, asiente, con decenas de hojas toma apuntes y ríe de vez en cuando al escuchar a uno de los presentadores. Es su día libre, pero José Chamorro está en uno de los tantos congresos a los que acostumbra a asistir, esta vez, a la Conferencia “Antigüedad Grecorromana y su recepción en la literatura moderna y contemporánea” en la Universidad de Chile. “Es una buena instancia para aprender cosas nuevas, conocer personas, probar mis capacidades y difundir mis ideas en los espacios de preguntas”.
Durante la jornada de vez en cuando toma un par fotos para luego difundirlas en su Facebook. A ratos deja sus apuntes de lado, pero no pasa ni un minuto y los vuelve a tomar, escribe con agilidad las palabras claves, tales como comentarios para después hacérselas a los expositores una vez que terminan su ch¬¬arla, ideas vinculadas con sus escritos, trabajos para la universidad o simplemente las preguntas.
Terminó la charla del tercer expositor. Golpea el lápiz contra su mano, antes un respiro y José es el primero en levantar la mano cuando abren el espacio de preguntas y comentarios, después de responder todas sus dudas se queda más tranquilo. Pero no fue así en la última ponencia, ya que después de la cuarta pregunta que hace José al presentador la organizadora lo interrumpe con una mirada y dice: “sí, es que hay más personas que quieren preguntar y Patricio (José), ha absorbido a todos los exponentes anteriores”. Se oyen risas en el salón y la charla termina con la última intervención.
“Soy muy apasionado por el tema, entonces a veces hablo mucho, la organizadora es profesora de mi carrera, así que ya me conoce, bueno… la mayoría de aquí ya conocen cómo soy”.
Aún entusiasmado y después de las cinco horas y media de charlas sobre literatura grecorromana, José comenta: “Este viernes 16 daré una cátedra libre en la católica sobre Modernismo Literario”. Asegura que no lo pone ni nervioso ni emocionado, ya que haexpuesto varias veces y de distintos temas literarios, además de las clases que hace, en ese sentido, se le hace fácil porque dice que tiene elocuencia.
Después de unas horas, preocupado abre su netbook en el Portal Ñuñoa para ver si le pagaron de las clases de lenguaje que hace en el Preuniversitario Sácateun7. “No me pagan hace tres meses y quiero comprarme ropa”. No le pagaron, “tendré que esperar no más”.
José Chamorro suele andar con su cuaderno de apuntes, un lápiz y su netbook para escribir apenas pueda, ya sea en la universidad, en una micro o en el Portal Ñuñoa (donde acostumbra a matar el tiempo), pero de preferencia lo hace durante las noches en su casa, cuando su nivel de productividad es alto y con un par de tazas de café o té que lo estimulanno se detiene hasta mínimo las 2 de la mañana para tratar sobre la crítica social y política, la literatura antigua, la vida cotidiana, la imaginación, el erotismo y los sueños, los que acostumbra a escribir en versión de poemas y subirlos después a su blog Una mirada diferente, en el que publica hace más de cuatro años yque hasta lo que va del año ha contado con más de treinta mil visitas.
Mientras ahora revisa unos correos dice: “A veces ni yo me entiendo, mi mente es muy activa, soy muy disperso con las ideas. Creo que por eso no soy una persona que deba estar en la casa, porque hablo todo el día y no creo que alguien logre aguantarmejajaja! Siempre necesito estar haciendo algo, como esto mismo (la conferencia)”.
Desde pequeño se destacó por su gusto de estudiar, herencia de su madre Sandra Jara que siempre le gustó leer y estimulaba a su hijo desde los 4 años y que lo llevó a pre-kínder a los 3. Así se fue desenvolviendo en lenguaje, área por el que comenzó a escribir entre los 5 y 6 años de todo lo que le pasaba en su día, una especie de diario de vida. Desde qué niña le gustaba hasta lo que se encontró en la calle documentaba José en su cuaderno, ese que ni siquiera se los mostró a sus papás hasta los 10 años, “fue algo muy secreto”. Su padre, Patricio Chamorroasegura que todas las noches escribía y que no supo del diario por su falta de tiempo en la casa a causa del trabajo, por lo que compartía más con su abuelita.“Eran simplemente ganas de escribir, quizás, de poner por escrito lo que a mí me pasaba”.
A medida que fue creciendo sus gustos fueron cambiando, entre sus 9 y 12 años le gustaba leer mucho a Julio Verneya no eran escritos “burdos” al estilo de un diario de vida y escribía novelas acerca de la búsqueda del tesoro de las personas.Durante su adolescencia, ahora Rubén Darío, “el padre del modernismo hispanoamericano” pasó a ser su mayor influencia en su enseñanza media, con el cual empezó a especializar mucho más su escritura creando cuentos cortos, novelas y poemas. “El libro estaba en mi casa, recuerdo que lo leía al lado de la chimenea en la casa de Chillán”.Algo decepcionado cierra su netbook.
La decisión de qué estudiar en la universidad fue fácil, sin embargo, la realidad del futuro económico de los escritores no era algo muy alentador para los padres de José. Por sobre todo para su madre, que prefería que José entrara a estudiar Medicina o Derecho y más aún cuando su puntaje de ingreso era lo suficiente como para entrar gratis a cualquier carrera. Decisión que, en cambio, para su padre le fue más fácil ceder.
Pese a todo,sus padres decidieron apoyarlo por su mayor pasión, escribir. “Estoy orgulloso de él”, dice su padre. Su única opción fue la carrera de Letras en la Universidad de Chile, decisión que obligadamente lo hizo salir de Chillán, ciudad en la que vivía desde los 14 años y lo llevó a vivir de manera independiente en Santiago desde los 18. “No me arrepiento para nada. Apruebo la mayor parte de mis ramos”, dice José. Asegura que probablemente después de terminar Letras, continuará con Derecho “para poder vivir mejor”, pero no antes de concretar su plan de realizar un doctorado de Literatura.
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