La
navidad es y será siempre una festividad social ideal para quienes nos gusta
escribir, dar rienda suelta a nuestra pluma y pensamientos, por ello este 2012
no será la excepción. Muchos creyeron que este año llegaría el fin del mundo,
un fin de un ciclo, qué el calendario maya, qué los reptilianos, qué el Apocalipsis,
en fin, un centenar de etcéteras más, pero nada de eso ocurrió, al contrario,
seguimos más vivos que nunca. Por otro lado, diciembre se vuelve un mes para
recargar las energías empleadas durante el año, para proyectarse nuevamente
para el año que viene, para celebrar en familia, para viajar y para seguir
disfrutando de la vida, así funcionamos todos, así es el devenir en sociedad.
En la vida vamos pasando por diversas etapas, por procesos, ésta es un continúo
ciclo, de ires y venires, de replanteamientos, altos y bajos, podría escribir y
re-escribir páginas y páginas sobre esta fiesta, hablar de sus orígenes, de las
diversas variantes que existen, de cómo se celebra en cada lugar del mundo,
cómo ha cambiado y evolucionado a lo largo del tiempo, cómo la vive la sociedad
capitalista del siglo XXI, sobre su sentido ético, moral y así ad infinitum, no
obstante, prefiero escribir una visión personal, un sello distintivo, una
opinión, al estilo de una doxa
griega.
Así es, al hacerme la pregunta de cómo vivo
esta festividad o cómo me gustaría vivirla, escogí ante aquella disyuntiva, un
estilo más personal, quizás hasta hogareño, creo que pese a las dificultades
que uno pueda vivir en la vida, los obstáculos que se nos presentan, entre
muchas otras diversas situaciones, siempre nos permiten crecer en todo ámbito,
por ello considero troncal a la familia, al núcleo de ésta, que en mi caso a lo
largo de mis 21 años de existencia, siempre han sido mi apoyo y valuarte, al
igual que mis amigos, con quienes he contado en mis altos y bajos, claro que no
con todos, pues los verdaderos amigos y esto es verdad universal, siempre son
escasos y como suelen decir, contados con los dedos de las manos. Es así que
prefiero evitar las grandes multitudes y celebraciones de esta índole y
quedarme con mis padres, disfrutar los momentos con ellos, pues no se volverán
a repetir, ya que cada segundo, instante, minutos y horas en la vida, son
únicos y hay que potenciarlos y vivenciarlos al máximo y ése es y ha sido mi
plan de vida en el último tiempo.
Por otra parte, tanto la navidad
como el nuevo año en pleno siglo XXI poseen sus particularidades, persiste en
ellos la híper conexión, las tecnologías de vanguardia, qué los LCD, qué los
plasmas, Iphone, smartphone y así una amplia gama de éstas, sin embargo, no
debemos dejar que éstas opaquen nuestra calidad humana, no debemos olvidar que
ante todo somos seres humanos, personas, con sentimientos y éstos son los que
deben predominar en estas fiestas, vale decir, las buenas intenciones y
pensamientos, el pensar positivo, los parabienes y ante todo, disfrutar junto a
aquellos que más queremos. Del mismo modo, no debemos olvidar los proyectos en
familia, los cambios en nuestros estilos de vida, dejar el individualismo de
lado y no sólo preocuparnos por nuestros intereses, sino que también aportar a
visiones mancomunadas, a lo que esperamos como sociedad y si es posible,
replantearnos y reformularnos para dar cada nuevo día lo mejor de nosotros y
así con el pasar de los años mirar hacia atrás y poder decir con tranquilidad
que lo hemos dejado todo en la cancha, que es nada más y nada menos que la
proeza de vivir.
Mis mejores deseos a todos quienes
han compartido alguna experiencia de vida conmigo y espero que hagan de sus
vidas lo que han deseado intensamente, que cumplan todas sus expectativas y
metas, qué logren sus proyectos personales y que principalmente sean felices,
les saluda José Patricio Chamorro.
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