Abro los
ojos, el cielo se azuliza, se apardiza, se blanquiza
Estrellas
clarividentes acompañan la noche, la resplandecen
El cielo
discurre tránsfugo evadiendo la noche, inmortalizándola
La luna de
plata cubre los astros nocturnos con su seda inmemorial
Nubes
pardo-agrestes iluminan los pétalos del recuerdo
Rosas
blanquecinas acompasan en orquesta una sinfonía clásica
Estatuas
venusianas danzan canciones de par en par
Las flores
se inmovilizan a su andar, conversan con la diosa amorosa
Darío les
habla de la modernidad, del modernismo
Ellas
escuchan silenciosas sus palabras afrancesadas
Enamoradas
testimonian el juicio eterno de su amor
Promesas
incumplidas en una noche de plata, llena de nostalgias
Un
no-me-olvides y un te-quiero-tanto acompañan mi llanto.
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