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“Felices por siempre”, reflexiones de la vida como final de cuento. (30/03/2013)




La felicidad es un estado momentáneo, efímero y pasajero; el típico concepto de “felices por siempre” de los finales de cuento, es una utopía en el mundo cotidiano, en la realidad concreta y tangible. Todo se acaba con el pensamiento y los problemas, el paso del tiempo, el envejecimiento, la pérdida de vitalidad y juventud y, si bien el amor en tanto sentimiento, puede perdurar toda la eternidad, vale decir, durante la vida terrena, pues la trascendencia es aún hasta nuestros días una concepción cuestionable; el común de los casos apunta a que éste una vez concluida la etapa del enamoramiento y de regreso a la monotonía cotidiana, que se acentúa con el paso de los días, meses y años; se acaba. No obstante, en esta historia de héroes y villanos, de madrastras y brujas malvadas, de doncellas y príncipes; algo hay de certeza y verdad; la vida no es tan simple, no se puede estereotipar una relación y menos aún a una persona en tanto personaje, pero en sí la búsqueda de la felicidad y la concreción de ésta, se logra tras varios esfuerzos conjuntos y compartidos. Por otra parte, en estas historias siempre aparece delineado y enmarcado el concepto de la “bella muerte”, el morir joven como un estado ideal del cuerpo físico que no da cabida al deterioro de la senectud.

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