Alarmantes
estentóreos y caóticos ruidos del exterior,
Se
agudizan en las profundidades del silencio interior
Las
calles de la ciudad se parapetan en torrentes de estruendo
La
singular vida de provincia se arroja en sintonías arreciadoras
La
tranquilidad se ve irrumpida por las oscuras notas del clamor
Los
vértices de punta a cabo se diseminan en ecos sublimadores
Los
cantos de las aves anuncian la llegada de la primavera
El
invierno llega a su fin, la claridad de los espacios inundan el vacío
La
peripatètica agonía del mañana atardecido vibran en electromagnetismo
Mi piel
se eriza ingràvidamente ante la estática electricidad
El
magnetismo de mis ojos ennoblece la energía de mis pupilas ennegrecidas
El
final se acerca inminente, la vida se prolonga hasta el infinito.
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