Ir al contenido principal

El viaje del héroe en The Backwater gospel. (El evangelio Backwater). Cortometraje de animación.


              


              
                  En este corto de animación, el héroe se nos muestra más bien en un primer momento como un antihéroe, pues la historia gira y se desarrolla en torno a undertaker (enterrador), quién vaga por el pueblo con su guitarra como un trovador en medio del desierto, anunciando y presagiando muerte, siendo un símbolo por sí mismo. Su opositor, deviene desde las fuerzas de la iglesia, es un párroco del pueblo de Backwater, que funciona como personaje antagónico a la figura del enterrador, pues lo considera irruptivo y contraproducente a los fines de la iglesia, además que acarrea muerte a su paso.


                 En el primer acto vemos al héroe, Undertaker como un hombre común, de vestimentas raídas, probablemente alguien errante, sin lugar fijo que canta y anuncia a través de su música presagios de muerte. Sin embargo, no sorprende en primera instancia su presencia, más allá de ser una figura molesta, que es preferible que no esté allí, ante lo que el párroco, va a catalogarlo como una manzana podrida frente a los feligreses, que es preferible que no esté en el pueblo. Nuestro héroe concibe la vida de manera distinta a lo que la iglesia le quiere imponer, no se deja “convertir”, está en una situación de resistencia, en antítesis al pueblo que en estado de autómatas van al culto eclesiástico sin cuestionar, solo aceptando su realidad.

                Tras el impulso de arremeter contra Undertaker y de poner al pueblo en su contra para expulsarlo o acabar con él y que no pudra al resto del barril, metafóricamente hablando es que aparecen más símbolos, los cuervos, que se aproximan al protagonista y establecen una especie de comunicación con él, como advirtiéndole de lo que le sucederá. Es ahí, cuando se empodera de su rol, se autodenomina a sí mismo como “El enterrador” y espanta al pueblo que ese encontraba a al a Iglesia, los que huyen despavoridos y temerosos ante éste, puesto que todos le temen a la muerte. El único que queda albergado en el templo, es el cura. Sin embargo, el enterrador ofrece una suerte de resistencia también a la muerte, pues él señala en su canto que no sigue los designios de ningún patrón, por tanto, ésta tampoco ejercerá poder sobre él.

                Quizás se deba a las características del cortometraje, pero dado el tiempo, que no alcanza los 10 minutos, es que se saltan y no se desarrollan algunas de las etapas tradicionales del viaje del héroe, como lo es el encuentro con el mentor o ayuda sobrenatural, pese a que la personificación de la muerte a través de un hombre que espera en solitario, está presente a lo largo de todo el cortometraje. Respecto al acto II y el traspaso de los límites del primer umbral, se podría referir que una vez que toma la determinación de denominarse como Undertaker, es que pasa de su zona de confort, para dar pie a lo desconocido, se atreve a desafiar los terrenos de la iglesia, adentrándose físicamente en ella, donde no logra aventurar cuál será su desenlace.

                Respecto a sus adversarios, como se ha señalado, principalmente es la iglesia, encarnada en la figura del párroco que hace la suerte de un guía espiritual del pueblo, que tras dominarlo, éstos están a su merced y se tornan contra el héroe, apedreándolo hasta matarlo, quebrantando las leyes de la biblia. Si se piensa en los éxitos del héroe, el hecho que en el primer acercamiento el pueblo haya huido despavorido y no se le haya enfrentado, es señal de que ganó su primera batalla, de amedrentarlos, pese a que desconocemos sus motivaciones personales, que en apariencia para él formaba parte de su repertorio.

                Finalmente el héroe debe enfrentarse a sus adversarios, pero él está solo contra todo un grupo de hombres y mujeres armados dispuestos a acabar con su vida, ante lo que queda desvalido, por lo tanto, se transforma en un calvario, siendo la crisis y prueba central de la historia, que lo lleva a la muerte, de manera literal esta vez.


                Lo que vendría a ser el tercer acto, no sería favorable para el héroe, pues éste yace muerto, por tanto, su recompensa no estaría en la vida, sino en la muerte, en la sublimación y redención de su alma si se lo quiere interpretar de ese modo, por los pecados del pueblo. Señal de ello es la lluvia que cae en Backwater, como señal de redención y purgación. Al final tenemos una tragedia en la que el héroe sirvió un fin mayor, a cobrar la vida del pueblo que pagaría por sus propios actos y culpas de haber matado a un ser inocente. Al fin de cuentas la muerte es un acto de justicia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"La Hormiga", Marco Denevi (1969).

A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia. Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido

Ensayo, “Los chicos del coro, una película que cambiará nuestra mirada hacia la pedagogía”.

En la película, los chicos del coro, vemos una realidad de un internado ambientado en la Francia de 1949, bajo el contexto de la posguerra. Esta institución se caracteriza por recibir a estudiantes huérfanos y con mala conducta, que han vivido situaciones complejas en términos de relaciones interpersonales, pues muchos de ellos han sido abandonados o expulsados de otras instituciones. Con el fin de reformarlos el director del internado Fond de I’ Etang (Fondo del estanque), aplica sistemas conductistas de educación, sancionadores y represores como encerrarlos en el “calabozo”, una especie de celda aislada cuando se exceden en su comportamiento. Sin embargo, la historia toma un vuelco con la llegada de Clément Mathieu, músico que se desempeña como docente y quién aplicará métodos no ortodoxos en su enseñanza los que progresivamente irán dando resultados positivos en los chicos.                 Respecto a las temáticas que se abordan en la película, por un lado resaltan los a

La taza rota.

Esa noche había llegado tipo diez, hacía un clima enrarecido, hacía frío, pero sentía calor, quizás no era el tiempo, tal vez era yo, no lo sabía, pero algo pasaba y si bien hasta cierto punto todo parecía normal o aparentaba serlo, algo había cambiado. Llámese intuición, dubitación o sospecha, en aquella casa a la que llegaba a dormir sucedía algo que había desestabilizado y quebrantado la rutina, no era sólo que mi mundo cambiase, sino que la realidad hasta cierto punto superaba la ficción, el tiempo ya no parecía correr a pasos agigantados, sino que incluso se detenía en estática parsimonia, para lo que sólo me bastó observar el reloj que se encontraba en la pared, en la esquina opuesta a la puerta de entrada a la casa y, efectivamente, las horas y minutos en aquel reloj no avanzaban, sino que las manecillas se habían paralizado de por vida, lo pensé unos instantes y no había explicación para ello, salvo que se hubiese quebrado, caído o algo por el estilo, en fin, lo consideré só