Del nacer a la vida, el ser individual y otras verdades existenciales. (14/4/2014)
Nacemos a la vida y venimos sin nada a este mundo, sin embargo, poseemos lo más valioso que podemos tener, nuestro cuerpo, mente, ideas, pensamientos, sentimientos, estos últimos inmateriales, pero que, no obstante, poseen un valor absoluto que nada de lo que encontramos en este mundo donde prima lo material, puede reemplazarlo, ni el valor relativo del dinero, que compra nuestras vidas, que al fin y al cabo conllevan un desgaste innecesario, que a lo largo de nuestra existencia, conlleva más bien un proceso de desgaste que culmina con la muerte.
Ser conscientes de ello, de nuestro potencial como seres humanos, que nuestras vidas no pueden ser compradas, es lo que nos hace valiosos, únicos e irrepetibles, con consciencia propia, con recuerdos, experiencias vividas, ya que los años no pasan en vano, con lo que hemos dejado a nuestro paso: creaciones artísticas, talentos, conocimiento, amor, vivencias junto a otros y el cultivo de nuestro espíritu, alma, que sólo pueden apreciar quiénes valoran al ser humano por lo que es, su esencia; no el determinismo de lo que es su propia vida, ni por lo que logra en ella, los artículos materiales, propiedades, autos, dinero, posición social, títulos, que todo aquello se puede adquirir, pero la vida humana, una vez desaparece, nunca más puede volver a ser sustituida.
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