Intento ser igual en todas partes, hace no mucho, venía de regreso en una micro hasta Ñuñoa, después de haber estado toda una tarde en una actividad cultural y se sube una señora muy extraña, con reacciones exageradas y se pone a leer algo así como porque estaba cohibida o porque nadie se habla en la micro o en el metro -lo que es común en Santiago.- y se le cayó un papel y en vista que nadie se lo recogía, amablemente me paré de mi asiento y se lo iba a pasar y me miró con cara poco menos que de odio. Sin embargo, el día tiene buenos augurios siempre y yo no creo en la casualidades, pues siempre y esto me hace creer cada vez en algo superior, sea Dios, que siempre está en tu camino, antes que sucediera esta historia, me había encontrado con una gran amiga, quién con sus palabras y oraciones de cierto modo alivianó mi alma, aquello iluminó mi día, pues una seguidilla de situaciones posteriores a que ella me bendijo y protegió con la palabra de Dios, recibí sólo bendiciones. Dinero que salió de la nada y con el que no contaba, con lo que suplí mi día, en la expo de los pueblos originarios había micrófono abierto e intervine en varias oportunidades y en varias ocasiones saqué aplausos por mis intervenciones y había mucha gente, estaba practicamente llena la estación de metro y después pasé a comprar algunos artículos que me parecieron interesantes, fuera de algunos libros muy baratos. Sin duda fue un buen día y me quedé a ver los bailes folklóricos.
A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia.
Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido
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