La vida pasa un poco por los lugares en los que estamos, los que siempre que los visitamos, tras cada nueva vivencia nos dejan nuevas sensaciones y momentos. A veces el tiempo transcurre sin darnos cuenta y cuando menos consciente somos de ello es cuanto más inmersos estamos en el arte del vivir.
Cuántos cambios tenemos en la vida, cuántas cosas experimentamos, cuántas personas e historias conocemos y pese a que las volvamos a ver, ya sea al día siguiente, a un mes o incluso décadas después, jamás volvemos a ser los mismos, tanto ellas como nosotros hemos cambiado. La vida continúa a cada paso, cada día, cada segundo, en cada aliento y suspiro. Desde que nacemos hasta el final irremediable de nuestra existencia, nunca un día es igual al otro, siempre nos suceden cosas, de ellas se aprende, cómo nos relacionamos con ellas es lo que marca la diferencia de quién va comprendiendo este arte del vivir.
Del mismo modo, repasar los escritos anteriores es siempre un ejercicio no sólo de relectura, sino de reencuentro, encontrarse con esas ideas y motivaciones que sempiternamente te acompañarán, es sentarte a dialogar contigo mismo, en ese silencio y eco permanente entre escritura, pregunta-respuesta, es aprender a convivir con esa soledad acompañada y sentir que es la escritura y lectura son tus compañías en esta vida, por ello jamás se está solo, sino que en diálogo permanente con lo que fuimos y lo que somos, así como aquello que otros fueron para trazar bosquejos de futuros posibles. Jamás se debe perder la ilusión de crear una realidad mejor.
Del mismo modo, repasar los escritos anteriores es siempre un ejercicio no sólo de relectura, sino de reencuentro, encontrarse con esas ideas y motivaciones que sempiternamente te acompañarán, es sentarte a dialogar contigo mismo, en ese silencio y eco permanente entre escritura, pregunta-respuesta, es aprender a convivir con esa soledad acompañada y sentir que es la escritura y lectura son tus compañías en esta vida, por ello jamás se está solo, sino que en diálogo permanente con lo que fuimos y lo que somos, así como aquello que otros fueron para trazar bosquejos de futuros posibles. Jamás se debe perder la ilusión de crear una realidad mejor.
Como decía Heraclito, parafraseandolo: Nadie cruza el mismo río dos veces.
Escrito el 8 de julio del 2014 y editado el 8 de julio del 2017.
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