Una noche más en la soledad de esta casa, diseñada para morirse entre cuatro paredes. Sin embargo, aún guardo esperanzas de que esto algún día cambiará. Sin duda el hombre que acompaña mi diario despertar, saldrá tras de mí; aunque quizás debí haber dejado abierta de par en par como la herida de mi pecho, la puerta del comedor y no solo entreabierta. La noche siempre me ha causado pavor, pero sé que él vendrá. Lo sé, porque él me dijo que me amaba. La hierba cruje, esos pasos deben ser los de él. De un momento a otro todo se volvió confuso; luces y sombras a mi alrededor. Solo recuerdo la frágil silueta de mi cuerpo y mi mano en un gesto torpe sosteniendo por última vez la cartera que él me regaló. Aquel hombre por el que he derramado lágrimas una vez más y que jamás sabrá lo que me ocurrió.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.