Como un anochecer primaveral llegaste a mi vida;
Rejuveneciste mis latidos y sus cadencias sonoras.
Alegraste mi alma como un clavel en flor, enardeciendo
pasiones.
Ocultos bajo la luz de la luna besamos nuestras memorias.
Fuimos silencio, almas compenetradas en instantes.
Recuerdos resuenan evocados en nuestros labios profusos,
entregados al deseo.
Despertaron nuestros instintos en cuerpos amantes,
taciturnos, voraces.
Almas errantes encontradas en caminos de profana ilusión,
Paseantes enamorados del amor como sueño de medianoche.
Aprendices del tacto de la piel y los ecos de nuestras voces
Irreversibles, pacientes duermen nuestras ansiedades
primigenias.
Somos los versos impetuosos de un poeta navegando en un mar
en calma.
Pd: Dedicado a Juan Felipe. Copiapó, 1 de septiembre 2022.
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