¿Qué
es la frustración, sino aquello que evadimos desde nuestra insatisfacción del
deseo? Ser un ser libre en una sociedad que adormece tu sentir, que normaliza
sus convenciones y se vuelve un patrón en el que debemos encajar. Un molde
hecho a ultranza de la moralidad de la época.
¿Ansiar
la libertad y actuar en consecuencia, es lo que nos imposibilita a amar? Si el
amor es libertad y este se construye a través de las decisiones diarias, ¿no
debiese ser la voluntad de elegir, de ser junto a otro, el peldaño que
construye la felicidad?
Ser
feliz en nuestra cotidianidad pareciese ser un acto de vanidad en un mundo que
se cae a pedazos. Somos el vicio corrupto del placer sin memoria. Porque esta
nos constituye en forma, simetría perfecta de lo que somos en esencia. Es, por
tanto, la ausencia de esta, la omisión involuntaria la que nos arrastra al
vacío. Amar nuestra existencia con lo que somos, con lo que perdimos. Aquellas
sombras que confluyen en la agonía de nuestros pensamientos. El amor no es más
que la sombra de nuestra verdad, el relato de nuestra existencia.
Copiapó,
20 de abril del 2024.
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