Madre, tú que fuiste la sonrisa de mi infancia, La joya más perfecta y de majestuosa elegancia Los años no envejecen tu dulce mirada. Iluminas mi camino Con la pureza que acaricia el fondo de tu alma Y reflejan las grandes virtudes y amor con que has vivido. Me esbozas el sendero cuando estoy perdido Intentarías todo por guiarme en el camino Abrazas mi espalda cuando tengo frío, Abres tu corazón para escucharme y aconsejarme cuando más lo necesito. Eres la más pura expresión de amor Frágil, alegre y cándida cómo la más bella flor Agradecimiento sería mísero Tan sólo amor es efímero Todo lo que quiero es entregarte mi cariño.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.