Una de las numerosas facultades de quien siente en el alma todo cuanto le rodea, es poder entregarse en absoluta entereza a sus emociones, permitirse dar rienda suelta a un estado anímico determinado, que a posteriori se manifiesta en variados sentimientos entremezclados, que desencadenan en un amplio espectro del clímax emocional, te permite vivir el amor al límite, te libera de la tristeza, de la congoja, del estigma social, de la soledad, te prodiga libertad y más aún, te otorga una visión disímil de la realidad, te tornas crítico, comienzas a cuestionarte y a replantearte verdades que para algunos parecen absolutas, entiendes que la vida no es tan utópica como pensabas, que las personas continuamente usan caretas para cada situación y aparentan ser lo que no son. Además te percatas de por qué cada persona reacciona de tal modo o qué la motivó a reaccionar así; a la vez todo ello se conjuga y puede ocasionar en tu ser sentimientos de impotencia, puesto que anhela
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.