Tus ojos dicen lo que tu corazón oculta
Susurran tus labios lo que tu boca calla
Se eriza tu piel en la compañía de mis manos
Tú, en cambio te petrificas como témpano de hielo
Tu amor, sin embargo, son instantes de deseo
Fuego ardiente en destellos sonoros
Tu cuerpo se aleja, tus sentidos me engañan
Pero tu piel me respira, me toca,
piensa y ama
Tu espíritu cobarde, contempla la lucha de nuestros cuerpos
Como caballeros medievales se agazapan
Son saetas del ciego amor por promesas incumplidas
Como caballeros medievales se agazapan
Son saetas del ciego amor por promesas incumplidas
Su destino es el de una rosa bermellón
Vivaz, colorida y apasionada, aprisionada en su propio corazón.
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