El poder es irresistible y sabroso, con sabor a pasas al ron
Pero cuando te engatusa y seduce has caído en las garras del infierno
Atrapa como león a la gacela y enturbia la razón
Carcome los sentidos y deja roñosos latidos
No corrompas tu vida en la negrura del abismo
Ni te entregues cual ramera a sus pretextos sin sentido
Olvida el placer maldito, sé libre de la enemiga prisión
Desátate del imperio de los vencidos
Y véngate de la inaprensible pudrición.
Repugnantes ratas son los amantes del dinero
Se arrastran como serpientes lamebotas ante un superior
Y con los subalternos son como perros hambrientos
Los estrujan y se aprovechan de su sumisión
Cargándolos como esclavos sin libertad de acción
Por ello odio y aborrezco al político ladrón,
A la veterana adinerada y a la rancia aristocracia.
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