I
Muda la naturaleza y su savia natural
Fluye el río que es la vida
Las estaciones transcurren volátiles y frágiles
El ardor del verano quema a fuego lento
La cadencia fragante de la primavera nos hace suspirar
El fugaz otoño se deshoja despidiéndonos
Y el invierno solapado llora mares de tristeza.
II
Los pajarillos silban y cantan en silencio
El caminar de los transeúntes se une a su ritmo
Las conversaciones se desvanecen en el aire
Posándose en mis oídos los ensordecedores ecos del silencio.
III
El tiempo avanza a pasos agigantados
Seguir su caminar es ahondar en el abismo de la muerte
Ella se acerca sigilosamente como caza el león al ciervo
Y cuando menos esperamos con sus zarpazos habremos perdido el juego.
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